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186 MODESTO BERCIANO de que Dios fija los tiempos y de que hay un tiempo cumplido tam­ bién se encuentra en otros lugares del Antiguo y del Nuevo Testa­ mento 67. En el libro de Daniel, hablando de la cuarta bestia (cuarto reino) y de su poder, se añade: «Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los justos del Altísimo; y llegó el tiempo (/ea¿póc) y empezó el imperio de los santos»68. Literalmente: «fue dado el tiempo» (ó Kaipcxz é8ó>0r¡). También aquí se pone de relieve que la llegada del Kaipáz se da dentro de un proceso y que es un don. También Pablo expresa esta idea en la Carta a los Gálatas. Pablo habla de plenitud del tiempo. «Cuando llegó la plenitud del tiempo (jrXffpoifia rov xpo^ov), Dios envía a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley»69. Cerfaux considera este uso de xpóvoq por Pablo como «en ver­ dad impresionante». El autor comenta que este término no se encuen­ tra más que siete veces en los escritos de Pablo. Cuatro veces lo usa en locuciones comunes; una en Rom 16, 25, donde ^poVoc parece sinónimo de aiúv, refiriéndose a «tiempos eternos» 0 kpóvolq aiovíoio), en los que el misterio de Cristo está oculto; y una vez en Tealoni- censes 5, 1, donde lo usa junto con Kaipfc 70. Mussner no se refiere al uso de los términos por Pablo, pero afirma también que la pleni­ tud del tiempo aquí se refiere al cumplimiento del tiempo de espera, de la promesa, mediante la venida de Cristo. Pablo habla de ^pó^oc; pero este tiempo significa más que la llegada de un fin según el calendario. Por otro lado, este autor pone de relieve que la venida de Cristo no tiene carácter metahistórico, sino que es presentada por Pablo como venida del todo histórica71. 67 Ez 7, 7; Dan 7, 22; Lam 4, 18; 1 Pe 1, 11; cf. J. Gnilka, El evangelio según San Marcos, vol. 1, p. 76. 68 Dn 7, 22. 69 Gál 4, 4. 70 L. C erfaux , El cristiano en San Pablo, p. 53. 71 F. M ussner , Der Galaterbrief, pp. 268-270.

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