PS_NyG_2001v048n001p0167_0200

184 MODESTO BERCIANO Pero el plan divino y los momentos oportunos del mismo se refie­ ren a la persona y a la obra de Cristo. A éstos en general se referirían las palabras de Cristo cuando en el momento de la ascensión los após­ toles le preguntan si va a restaurar entonces el reino de Israel: «No os toca a vosotros conocer los tiempo y momentos (xp& roix: ¡caí KaipvQ ) que el Padre ha fijado con su exclusiva autori­ dad» 58. Como hace notar Oscar Cullmann, no son las consideracio­ nes humanas, sino que es la decisión divina la que hace que una determinada fecha se convierta en un Kaipó c; y Dios lo decide para llevar a cabo la realización de su plan. Desde el punto de vista humano, la decisión de estos momentos es arbitraria. El Nuevo Testamento tampoco da otra explicación de la elección divina de estos momentos que su poder divino 59. Lucas usa aquí los dos términos: xpó^ovc: y Katpv c. Parece natural pensar que les da un significado algo diferente y que /ccupik no sería una mera repeti­ ción de xpóvouz, aunque el contenido de los términos no sea siem­ pre preciso. Gerhard Schneider cree que los términos serían sinó­ nimos y equivaldrían a una repetición, y que tendrían valor de exhortación a estar dispuestos 60. La misma expresión es usada por Pablo, refiriéndose a la veni­ da final de Cristo. También ésta es desconocida: «Por lo que toca a los tiempos y circunstancias (túv xpwcüv Kai Kaipcji ')... sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón por la noche»61. En la primera Carta de Pedro aparece la misma idea de dispo­ sición divina de los momentos oportunos de la historia salvífica. Dice Pedro que los profetas que profetizaron la gracia actual, inda­ garon acerca de la salvación. Indagaban para conocer 58 Hch 1, 7. 59 O . C ullm ann , Christus und die Zeit, p. 51. 60 G. S chneider , Die Apostelgeschichte , I, Teil, p. 202. 61 1 Tes 5, 1.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz