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LÓGICA DEÓNTICA. FUNDAMENTOS ONTOLÓGICOS Y METAFÍSICOS 151 de acuerdo a lo cual sólo enunciados verdaderos o falsos podrían ser objetos de la lógica. iii) Pero las normas carecen de valores de verdad. iv) No hay relaciones lógicas entre normas y, por consiguien­ te, no puede haber una lógica de normas. La tesis iv), que se infiere de ii) y de iii), contradice la tesis i), que puede ser considerada la expresión de un hecho preanalítico. Y si se quiere evitar la tesis iv), hay que abandonar la tesis ii), o bien la iii). Si, en cambio, se acepta la tesis iv), hay que desarro­ llar una teoría sustitutiva capaz de reemplazar la lógica de normas para dar cuenta del hecho expresado en i). La breve historia de la lógica deóntica ha surgido en referen­ cia a este dilema. De hecho, los especialistas han adoptado una u otra postura y varios de ellos han vacilado y aún vacilan entre una y otra opción del dilema. El dilema ha dado origen a dos tenden­ cias: una, que intenta demostrar que las normas carecen definitiva­ mente de valores veritativos y que, en consecuencia, es imposible fundar un cálculo de normas y, la otra, que sostiene que las nor­ mas de algún modo no evidente poseen propiedades veritativas y que, por tanto, es perfectamente posible un cálculo deóntico sin necesidad de pagar el alto costo de «modificar» la lógica estándar tradicional. Una versión morigerada de la primera tendencia ofrece un programa de consuelo: ya que no es posible una lógica de nor­ mas, sí es perfectamente posible una lógica sobre proposiciones normativas. En efecto, una cosa es la norma y, otra, totalmente dis­ tinta, la expresión que habla sobre normas. Esta última es obvia­ mente descriptiva puesto que describe el contenido de una expre­ sión prescriptiva. Sin embargo, desde el punto de vista gnoseológico y epistemo­ lógico, una lógica de proposiciones normativas es otra cosa, y en modo alguno logra llenar el vacío que genera la ausencia de una lógica de normas. Después de todo, los sistemas morales y jurídicos son esencialmente normativos y no tiene sentido decir de ellos que se componen de proposiciones normativas. Los lógicos son cons­ cientes de este último problema y por eso ensayan nuevas vías de solución de éstas y otras dificultades constitutivas de una lógica nor­ mativa.

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