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ALGUNOS ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA SANTIDAD. 141 sas primeras de las enfermedades psicológicas son los problemas del espíritu, que se observan anímicamente. 4. Del análisis profundo de Bovet, se recoge la prioridad a la vivencia del amor. Con la espiritualidad se vive el amor, que es fuen­ te de la formación humana. 5. Se vislumbra en el estudio de los psicólogos católicos clara­ mente que la vivencia espiritual forma a la personalidad. Titone afir­ ma que, en c a d a uno de los componentes aním icos, la vida espiritual actúa para la m adu rez de esos: en la mente, la ilumina; en la volun­ tad, la fortalece; y en las emociones, las modera Todos los impulsos e instintos son conducidos a su justo equilibrio, pues la vida espiritual domina sobre las tendencias más primitivas, y las ordena. 6. Del estudio del Magisterio, sobre todo siguiendo las líneas antropológicas de la constitución del hombre en el último concilio ecuménico: Concilio Vaticano II, concretamente la Gaudium et Spes, se observa que todos los elementos del alma aspiran a este progre­ so espiritual, pero se encuentran debilitados por el p e c a d o , origen de su mal. Los componentes an ím icos exigen un p rog reso. 7. Cristo, con su gracia, s a n a esta h erid a del pecado y del límite hum ano, y devuelve a la naturaleza humana su sobrenatural dignidad: a su sem ejan z a divina. Es por este fundamento esencial que el alma humana puede aspirar a una perfección. Cristo da la posibilidad al hombre de ser perfecto. 8. Con el magisterio d e dos santas: santa Teresa de Jesús y santa Teresita del Niño Jesús, doctoras de la Iglesia, podemos aprender con su vida y obras como la persona humana madura y se perfecciona. 9. Santa Teresa de Jesús consiguió, con su p e r s o n a lid a d d e fuego, transformar sus defectos propios de su psicología. 10. Santa Teresita del Niño Jesús, p e r s o n a lid a d d e lic a d a y pu ra , demuestra la enseñanza de un amor delicadísimo y real sin romanticismos vacíos, como ella prefiere. 11. Teresa (de Jesús) revela una perfección espiritual en su caminar con Cristo, en esa unión am orosa d e la esposa con el espo­ so divino. 12. Teresita (del Niño Jesús), con su juventud y su pureza, revela una madurez precoz porque, en su contemplación pura de

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