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106 PABLO REDONDO SÁNCHEZ ««Justamente para la finalidad de ver la movilidad de la vida, para llevarla objetivamente al tener previo de la explicación cate- gorial, es equivocado empeñarse en coejecutar la movilidad como tal. La movilidad sólo se ve propiamente desde la (‘para- da ” [Aufenthalt] respectiva y genuina. La parada existencial, en la parada. ¿Qué fijar como detenimiento? Pero justamente por ello la tarea más alta es ganar la parada auténtica y no arbitraria; la parada, antes del posible salto de la decisión preocupada; aun­ que no se hable de ésta, está ahí permanentemente. En la para­ da se hace visible el movimiento y así, desde ella como parada auténtica, la posibilidad del contramovimiento. / Pararse en la vida misma, en su sentido objetivo y en su sentido de ser: facti- cidad. Abstenerse de la movilidad arruinante, es decir, tomar en serio la dificultad, cumplir, custodiar la dificultad despierta »26. Además de por el contenido que aporta el texto, también es importante para el desarrollo de nuestro trabajo porque permite enlazar algunos aspectos anteriores con los que nos van a ocupar ahora. En primer lugar, es conveniente llamar la atención sobre la idea inicial de que es equivocado coejecutar la movilidad de la vida. No podía haber sido otra la conclusión de Heidegger si que­ ría ser coherente con lo defendido en las lecciones anteriores. Efectivamente, a la hora de pretender obtener una comprensión propia de la vida, en el momento de intentar que se muestre su ser al margen de sus rasgos deformantes, experienciarla sin más dentro de este ambiente o, si se quiere, contribuir con más mate­ riales a su derrumbe (Sturz) yendo en la misma dirección que ella ya lleva, no puede ser en ningún caso la táctica adecuada. Cual­ quier vivencia que, por homogeneidad, pueda ser asimilable al dis­ currir habitual de la vida, no tendrá nunca la capacidad de ver la movilidad general de ésta, ya que se encuentra inmersa en un medio que se caracteriza precisamente por generar constantemen­ te una calima ante sí. Utilizando el mismo argumento —modifican­ do, sin embargo, los protagonistas— la interpretación filosófica ha de excluir su emplazamiento en el plano del movimiento cotidia­ no de la vida si quiere llevar adelante su proyecto. Coejecutar el 26 Ontologie. Hermeneutik der Faktizität, o. c., pp. 109/140 de la traducción española.

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