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LAS EXPERIENCIAS FUNDAMENTALES Y SU RELACIÓN. 101 haya sido descrito por algunos autores como una «conversión» e, insistiendo en el lenguaje religioso, como una redención e incluso como una resurrección a una nueva vida l6. Uno de los aspectos más interesantes es determinar el modo en el que se produce esta mostración peculiar. Las experiencias fun­ damentales no son el resultado de la adopción de una actitud teóri­ ca o reflexiva frente a la vida, sino que lo esencial de ellas consiste en su rechazo a ser adoptadas, rehuyendo la posibilidad de que uno las invoque o pretenda hacer uso de ellas a su voluntad. En tanto que forman parte del discurrir de la vida y no son el producto de una toma de posición impostada frente a ésta, Heidegger ve una gran ventaja consistente en que lo que ponen de manifiesto lo hacen de un modo atemático. En la recensión del libro de Jaspers ya men­ cionada hay textos muy explícitos en este sentido: «Observado en dirección a su origen y a su experiencia fun­ damental genuina, el sentido de la existencia es justamente el sen­ tido del ser que no se puede ganar desde el “es” del “es” que explicita tomando conocimiento específicamente, siendo con ello de algún modo objetivador, sino desde la experiencia fundamen­ tal del tener preocupado de sí mismo [...]»17. En este momento lo más relevante de estas palabras (hay que dejar de lado la evolución posterior del tenerse o poseerse p reocu p a­ do [bekümm ertes H aben] a sí mismo) es que la manifestación del mero hecho «de que se es», la constatación de saberse fáctico, lo que consti­ tuye en última instancia el sentido de la existencia tiene claramente su origen en una experiencia fundamental (de carácter existencial, diría el Heidegger de Ser y tiem po) y en ningún caso surge por medio de un proceso de introspección objetivadora. Como consecuencia directa de esto los momentos existenciales excepcionales no proporcionan 16 Cf. Barbara Merker, «Konversion statt Reflexion. Eine Grundfigur der Philo­ sophie Martin Heideggers», o. c., pp. 231, 233. También van Buren ha observado un paralelismo entre el proceso que lleva a la autenticidad a partir de estas experien­ cias y los conceptos religiosos de resurrección y redención. Cf. J. v a n Buren, The young Heidegger, o. c., p. 186. 17 Cf. «Anmerkungen zu Karl Jaspers, Psychologie der Weltanschauungen», o. c., p. 30.

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