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EL PECADO DE INFIDELIDAD. SU RELACIÓN CON LA CONVERSIÓN... 69 los que carecen en la actualidad de fe 8. Pero ¿puede rechazarse aque­ llo que no se ha recibido? Ciertamente, alguien puede responder y decir que no recibieron todos ellos (los que carecen actualmente de fe) la inclinación divina para creer. De todas formas, hay que tener en cuenta al respecto que se opone a esto precisamente la citada senten­ cia de santo Tomás; es decir, es opuesta a que el hombre no estuviera obligado a convertirse a Dios si no hubiera recibido el auxilio sufi­ ciente. Se trata, en indicación de Báñez, de un auxilio que no puede bastar, siendo una necesidad que se proponga Dios al hombre como quien justifica. Ha de tenerse asimismo en cuenta que el hombre posee cierto pecado original y, además, cómo éste le incapacita para recibir­ lo todo mediante la facultad de la naturaleza 9. Se arguye, en tercer lugar, con que es por culpa propia si se trabaja en la ignorancia de la necesidad de la fe para la justificación. Esto hace que no queden los mismos excusados de pecado por su ignorancia. Si hicieran lo que está de su parte, observando la ley de la naturaleza o proponiéndose guardar lo que está a su alcance, Dios los iluminaría. Es santo Tomás quien señala que no puede darse ignorancia invencible de derecho divino sobre lo necesario para la salvación. Por su parte, san Agustín dijo al respecto que los simplemente ignorantes no quedan excusados hasta el punto de no llegar a ser atormentados con el fuego eterno, aunque entiende que arderán más suavemente. El de Hipona habla claramente en este texto de los infieles 10. 8 «Secundo arguitur. Si homo nolet audire praedicantem fidem, vel auditam fidem ab eo, qui sufficienter proponit, reijceret, sine dubio peccaret infidelitatis pec- catum, ergo etiam peccabit peccatum infidelitatis, si non sequitur instinctum interio- rem Dei. Patet consequentia. Quia non est minoris efficaciae et sufficientiae instinc- tus ille diuinus quam praedicator, ergo si reijciendo praedicatorem peccat peccatum infidelitatis, multo magis reijciendo instinctum Dei, ergo omnes qui non habent fidem; peccauerunt infidelitatis peccatum, quando venerunt ad vsum rationis». 557. 9 -Quod si quis respondeat, non omnes illos recepisse diuinum instinctum ad credendum; Contra hoc facit posita eadem D. Tho. sententia, quod ille homo non tenetur conuertere se in Deum, nisi reciperet auxilium sufficiens, vt posset se conuer- tere in Deum: hoc auxilium sufficiens esse non potest, nisi proponatur homini Deus vt iustificator, et quod ipse homo habet peccatum quoddam originale, quae omnia per faultatem naturae homo assequi non potest, ergo» 557. 10 -Tertio arguitur. Omnes infideles, qui laborant ignorantia fidei necesariae ad iustificationem, sua culpa ignorant, ergo non excusantur a peccato propter ignoran-

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