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EL PECADO DE INFIDELIDAD. SU RELACIÓN CON LA CONVERSIÓN... 75 destruir la fe después de que ha sido recibida la misma una vez, siendo esto suficiente también para constituir al infiel en esa infide­ lidad, que es pecado antes, incluso, de recibir (expresamente) la fe. La razón está en que el idólatra piensa en la existencia de muchos dioses. Su error es suficiente para destruir la fe una vez recibida; pero, a pesar de ello, no peca de infidelidad. Peca contra la razón natural y el culto natural debido a Dios. De todas formas, no peca por oponerse a la fe, de la cual nada ha oído todavía 20. Pasa Báñez a continuación a responder a los argumentos de los que mantienen la posición contraria. Respecto al primero, dis­ tingue qué es lo que se dice de la sentencia de que nadie puede convertirse a Dios de todo corazón. Si se entiende esta conversión desde la facultad de la naturaleza, concede Báñez que está obliga­ do el hombre desde la misma ley natural. En el instante mismo en el que llega al uso de razón, ha de convertirse a Dios de todo cora­ zón en la medida en que le sea posible desde las propias fuerzas. Pero ha de reconocerse asimismo que, si el hombre nada sobrena­ tural añade en dicha conversión, se trata de algo que nunca será suficiente para la justificación del hombre, logrando a lo sumo semejante conversión que el hombre no peque contra la ley natu­ ral. Es que se obliga entonces a hacer lo que está de su parte. Si se entiende la conversión de todo corazón como eficaz; es decir, como apartamiento y limpieza del hombre del pecado, así como de unión con el último fin: Dios, dicha conversión no puede ser más que sobrenatural; es decir, realizada desde la fe, la esperanza y la cari­ dad, gracias a la obra sobrenatural de Dios cumplida para la justifi­ cación del impío21. Advierte Báñez, en relación al segundo argumento, que Dios es capaz de inclinar con un auxilio sobrenatural la voluntad del 20 «Sequitur secundo, falsum esse quod aliqui vniuersaliter affirmant, videlicet, omnem errorem sufficientem destruere fidem postquam semel suscepta est, sufficere etiam constituere infidelem infidelitate, quae peccatum est, antequam suscipiatur fides. Probatur. Nam idololatra qui putat esse plures Déos, habet errorem sufficientem des­ truere fidem semel susceptam: et tamen ille non peccat infidelitatis peccatum: quia quanuis peccet contra naturalem rationem et naturalem religionem vni Deo debitam, non tamen peccat repugnando fidei, de qua nihil audiuit». 559. 21 «Ad argumenta ergo in oppositum breuiter nunc respondetur. Ad primum argumentum distinguo ilud quod dicitur, nemo potest se in Deum conuertere toto

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