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DIOS A IMAGEN DEL HOMBRE 13 pomorfismo dialogado e interpelante (Gén 18, 17-33: Abrahán inter­ cede ante Yahvé, casi a brazo partido, a favor de Sodoma). Aquí no se halla subyacente una saga sobre la que trabaja el redactor, como ocurre en la anteriormente comentada. En esta ocasión, el autor nos ofrece una composición poética, un relato épico, abierto a diversas interpretaciones. Naturalmente que el compositor prefiera una ense­ ñanza a otras, pero no excluye ninguna de las posibles. Por supues­ to que él piensa en la oración de intercesión y su poder. Pero su intención principal no es presentarnos a Abrahán como modelo o paradigma del intercesor, excluyendo de este modo otras posibles interpretaciones 5. En la composición poética se destaca, por supuesto, la disponi­ bilidad divina a perdonar. Pero, junto a este pensamiento, se halla igualmente subrayada la medida de la justicia exigida por el recha­ zo de la invitación divina 6. El hecho de que la composición poética sea original del autor y no dependa del material tradicional recibido no disminuye en nada su mérito. Para el redactor final tienen el mismo valor los relatos recibidos de la tradición que los compues­ tos en el momento requerido para dar continuidad a la historia de Dios con el hombre. Más aún, estos relatos independientes o com­ posiciones poéticas sirven para iluminar la finalidad del conjunto en el que hoy se encuentran las historias patriarcales. Se convierten en flechas indicadoras para descubrir su finalidad. Todos los intér­ pretes deben estar convencidos de encontrarse ante acontecimien­ tos reales o ficticios, históricos o historificados, cuya interpretación teológica no se halla limitada por unos moldes férreos asfixiantes. La lucha de Jacob con Dios constituye el antropomorfismo más agresivo (Gen 32, 23-33). El relato actual está determinado por una doble etiología: la causa del significado de aquel nombre (v. 31a: «Jacob llamó a aquel lugar Panuel (= Pniel), pues dijo: ‘He visto a Yahvé cara a cara y ha quedado a salvo mi vida’») y la razón por la cual los israelitas no comen el tendón femoral de la articulación del muslo (v. 33: «por haber sido herido en él Jacob»). Éste es el aspec­ to etiológico. 5 G. v o n R a d , o . c ., pp. 182-183. 6 J. G u illé n T o r r a lb a , «Génesis», en Comentario al Antiguo Testamento I, Casa de la Biblia, 1997, pp. 76-78.

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