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32 FELIPE F. RAMOS • No menos sangrienta es la guerra san ta, en la que tardamos en creer atribuyéndosela a la tradición islámica 18. Pero ténganse en cuenta las características siguientes: es convocada a son de trompeta por Gedeón (Jue 6, 34-35); los hombres deben «purificarse», no acer carse a mujeres (Deut 23, 9ss.; Jos 3, 5; ISal 21, 6); Yahvé es consul tado por medio de los videntes y de los profetas (Jue 20, 23.27; ISam 7, 9) y él les garantiza la victoria y el momento en que tendrá lugar (Jue 4, 14; Deut 20, 4); su garantía les enfervoriza y lanzan los gritos de guerra (Éx 14, 13; Deut 20, 3; Jos 10, 8; 7, 20; 6, 5); los ene migos tiemblan llenos de pavor (Deut 2, 25; Éx 15, l4ss.; 23, 27; Jos 5, 1; 10, 10; ISam 4, 7-8; Jue 4, 15) 19. • El aspecto belicoso de Yahvé comienza a mitigarse con la monarquía gracias a la secularización creciente: Yahvé deja de actuar directamente, lo hace a través del ejército (2Sam 8, 16); es David quien dirige las batallas de Yahvé (ISam 18, 17); el a rc a se convier te en un lugar de culto y comienza a ser considerada como el trono d e Dios, aunque no pierda del todo el aspecto bélico que había teni do anteriormente (Sal 24, 7-10); los ejércitos israelitas se convierten en ejércitos celestiales, angélicos, y el título de Yahvé Sebaot es tra ducido por el Kyrios p an to k ra to r20. • Los guardianes y representantes de la mentalidad antigua durante el tiempo de la monarquía fueron los Profetas. Evidente mente, rompen los esquemas antiguos, pero evocan el pasado recordando la presencia viva de Yahvé (IR e 22; 2Re 2, 11-12). Elias representaba y simbolizaba todo el potencial de Yahvé. A Ajaz le son ofrecidas todas las garantías de la guerra santa y las rechaza (Is 7). El poder destructor de Yahvé frente a sus enemi gos reaparece en el m en saje escatológ ico de los profetas y en las rep r es en ta c ion e s a p o c a líp tic a s d e l tiem po último. Pero en estas cosas Yahvé no es el valien te guerreo, sino el que limita el poder arrogante del mundo y demuestra que la ú ltima p a la b r a la tiene Dios y no el emperador. 18 F. F ernández R am os , «Dios violento y pacifista», en Evangelio y Vida, 1993, pp. 101-104. 19 H. J. K raus , «Krieg», en Religion in Geschichte und Gegenwart IV, col. 64. 20 H. A. M ertens , «Yahvé de los ejércitos», en Manual de la Biblia. Aspectos literarios, históricos y culturales, Herder, Barcelona 1989, pp. 630-631.
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