PS_NyG_2000v047n002p0837_0876

BARTOLOMÉ ARAGÓN: ÚLTIMO INTERLOCUTOR DE UNAMUNO 843 en otros l4. Aparte de que expone a veces (me refiero a estos ele­ mentos de su trabajo) en un estilo de novela de intriga, que hace que en determinados pasajes desmerezca la seriedad y rigor que deben acompañar a toda obra histórica 15. Fijémonos primero en lo positivo; en aquellos puntos de la obra que, comparando diversas fuentes, podemos decir con seguridad que la autora contribuyó, en 1963, a un mejor y más completo cono­ cimiento del joven Aragón y de las circunstancias de la muerte de Unamuno. Dejemos para después lo dudoso o erróneo de su traba­ jo. He aquí lo que aportó con fidelidad: 1) Que Aragón estuvo en Italia becado para estudiar economía y que volvió de allí muy bien impresionado por Mussolini y su país. 2) Que hizo oposiciones a la Escuela de Comercio de Salamanca, donde fue profesor. 3) Que durante su estancia en la ciudad del Tormes residió en el Hotel Novelty, situado en la Plaza Mayor. 4) Que su primer encuentro con Unamuno fue en una reunión (o sala) de profesores, donde ambos se enzarzaron a propósito de la distinta valoración que tenían de Mussolini y su país, muy negativa la de don Miguel, muy positiva la de Aragón l6. 5) Que en clima más distendido se vieron al menos 14 Algunas de estas deficiencias eran insalvables entonces por la falta de recur­ sos para la investigación; otras, sin embargo, pudieron evitarse. 15 Aunque sin mayor precisión, el crítico literario Ricardo Gullón ya hizo notar que Rudd «narra con algunos errores» (R. G ullón , «Unamuno en el extranjero», ínsula, Madrid (1964): 13, nn. 216-217). Por su parte, Emilio Salcedo, sin entrar tampoco en detalles, puso la siguiente coletilla a las tres ediciones de su libro sobre Unamuno «Corrigiendo pruebas de la primera edición de este libro llegó a conocimiento del autor el libro de Margaret Thomas Rudd, The lone heretic. A biography o f Miguel de Unamuno y Jugo...; libro generoso, noble esfuerzo por hacer una biografía de don Miguel, pero que, aun en los numerosos puntos de contradicción con esta Vida de don Miguel que el lector tiene en sus manos, no invalida en nada la información de primera mano y la veracidad de las noticias. El libro de la señora Rudd es generoso, ya lo he dicho, un buen comienzo para hacer la biografía de Unamuno; pero la seño­ ra Rudd desconoce en buena parte los escondidos meandros de la historia de España y de la vida de Salamanca» (E. S alcedo , Vida de don Miguel. Prólogo de P. Laín Entral- go. Salamanca: Anthema, 1998, 3 a ed., p. 502). En ninguna de las ediciones se hizo cargo Salcedo del libro de Rudd. 16 Es muy improbable que Unamuno en su enfado, como afirma la autora, cogiera airadamente por las solapas a Aragón en la Universidad. Téngase en cuen­ ta que éste se presentó a él como Catedrático de la Escuela de Comercio y Profe-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz