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842 ANTONIO HEREDIA SORIANO El primer libro sobre la vida y muerte de Unamuno que se ha ocupado más por extenso de Aragón vio la luz pública en inglés en 1963, y se debe a una autora norteamericana n . Su testimonio pro­ cede, como en los casos anteriores, de fuente viva y directa, pues además de recabar información de personas estrechamente vincula­ das con los hechos que narra, como doña Pilar Cuadrado, vecina de Unamuno y propietaria del inmueble 12, que acudió presto con María —hija de Unamuno— a las angustiosas llamadas de Aragón, la auto­ ra estuvo también conversando con éste en su casa de Madrid 13. Su meritoria encuesta presenta no obstante una doble cara, positiva y negativa, desde el punto de vista historiográfico. Positiva en cuanto se esforzó por ofrecer datos hasta entonces desconocidos de la bio­ grafía de Aragón y de sus primeros encuentros con Unamuno; de los motivos que le llevaron a Salamanca y a casa de Don Miguel aquel fin de año, y de las personas con quienes se relacionó inme­ diatamente antes de su visita al ex rector y de algunos puntos de su conversación con él; de la habitación en que se produjo el óbito y demás circunstancias del mismo y de quienes acudieron al instante a su aviso. Negativa en el sentido de que, por no haber depurado ni confrontado críticamente con otros recursos las fuentes orales de que únicamente se sirvió para tejer la biografía de Aragón, ésta es pobre, apenas verosímil en algunos detalles y francamente desviada 11 Margaret Thomas Rudd, The lone Heretic. A Biography of Miguel de Una­ muno y Jugo. Introduction by Federico de Onis. New York: Gordian Press, 1976, reprinted with corrections. La primera edición vio la luz en Austin, en la University of Texas Press, en 1963. 12 Este dato y otros pormenores sobre la vivienda de Unamuno los debo a José Paniagua Melón, hijo de don Emérito Paniagua Comendador, compañero de claustro de Aragón en la Escuela de Comercio de Salamanca desde que inició su andadura en el curso 1935-36. El abuelo materno de Pepe, don Demófilo Melón, compró posteriormente el inmueble a su propietaria, y por tanto la vivienda que habitaba en alquiler Unamuno. Doña Pilar, la propietaria, era su única vecina de planta. Agradezco a Pepe la amabilidad (de raíz le viene) que ha tenido en mostrar­ me, en compañía de su madre, la vivienda que ocupó y en la que murió Unamuno. Cf. Manuel G arcía B lanco , «Viviendas salmantinas de don Miguel», Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno, VI (1955) 65-75. 13 «The author —escribe Rudd— visited Bartolomé Aragón at his home at N.° 19 on the Calle Zorrilla in Madrid on June 9, 1959, at which time Aragón gave the infor­ mation contained herein» (Margaret T h . Rudd, o. c . en n. 11, p . 311).

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