PS_NyG_2000v047n002p0837_0876

BARTOLOMÉ ARAGÓN: ÚLTIMO INTERLOCUTOR DE UNAMUNO 869 así, es claro que B. Aragón no cayó aquel fin de año en Salamanca como un meteorito ni fue sólo para examinar, como él mismo dio a entender a Rudd en 1959 y repitió en su declaración a la prensa en 1986 y al que esto escribe en las dos visitas que le hice; ni es opor­ tuno preguntarse ya, en esa forma intrigante de Rudd: «¿Qué misión urgente le trajo a Salamanca aquella víspera de Año Nuevo?«, cuan­ do se sabe que llevaba más de un mes en la ciudad incorporado a la Escuela, a la Universidad y a otros oficios derivados de la nueva situación política 66. AC-2672/4; AI-203/4). Más aún, entre noviembre y diciembre de 1936 se estaban poniendo en marcha con carácter temporal las Comisiones depuradoras del pro­ fesorado de todos los niveles (Decreto de 8-XI-1936 y Orden de 10-XI-1936 [«BOE» del 11, n. 27]; y Circular de 7-XII-1936 [«BOE» del 10, n. 52]. Disposiciones que manifiestan el sentido y alcance de la depuración que se pretendía). Y Bartolomé Aragón, en su calidad de catedrático de la Escuela de Comercio y claramente adic­ to al Movimiento Nacional, fue nombrado para Salamanca vocal de la Comisión «C» (Carta de B. Aragón de 29-1-1937 al Secretario de la Facultad de Derecho. AUSA, Archivo antiguo de la Facultad de Derecho. Papeles varios), encargada de recabar los informes, instruir los expedientes y proponer las resoluciones sobre todo el personal adscrito a los Institutos de 2.a enseñanza, Escuelas del Magiste­ rio, Comercio y Artes y Oficios. Esta Comisión, presidida por el gobernador civil, tenía que actuar con urgencia, pues sus trabajos debían estar concluidos «en el plazo de un mes, a contar de la fecha de su constitución». Una razón más para pensar que Aragón tuvo que estar en Salamanca todo este tiempo. Si a esto se añade que, después de la muerte de Unamuno, lo seguimos viendo en Salaman­ ca, como se pone de manifiesto por su asistencia al Claustro de Comercio el 11 de enero de 1937, y dos cartas que escribe desde la capital charra al Secretario de la Facultad de Derecho, la ya citada y otra del día 26, parece claro que Aragón, como decimos, residió habitualmente en Salamanca de noviembre del 36 a enero del 37. Lo que implica tener que corregir, no ya la pregunta intrigante de Rudd, sino inclu­ so el propio testimonio de Aragón, que en cuanto al mes de su arribo a Salamanca pudo sufrir un despiste. 66 Aragón fue nombrado también entonces vocal del Tribunal Contencioso- Administrativo de Salamanca (cf. su carta de 29-1-1937, cit. en nota anterior). Para conocer su actuación extraacadémica hay que investigar en los Archivos del Gobier­ no Civil de Salamanca, cuyos fondos de aquel tiempo están todavía sin clasificar en el Archivo Histórico Provincial. Y en los Archivos del Tribunal Contencioso-Adminis- trativo y de la Comandancia Militar. En cuanto a los exámenes hay que decir que como catedrático de la Escuela de Comercio (único centro en el que pudo entonces realizarlos) le correspondía haberlos hecho en septiembre, cosa que no hizo por hallarse en Huelva, así como en enero del 37, que tampoco hizo por haberse retra­ sados los exámenes a febrero, justo cuando dieron comienzo en Burgos los cursillos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz