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868 ANTONIO HEREDIA SORIANO bró, junto con Pablo Salvador Prieto y Domingo Sánchez Hernán­ dez, miembro de una comisión para informar al nuevo rector, don Esteban Madruga, de la precaria situación de la Escuela y solicitar su apoyo en las gestiones que estaba llevando a cabo ante las Cor­ poraciones locales (Diputación y Ayuntamiento), y aun ante la Junta de Defensa Nacional de Burgos. Entre los graves problemas econó­ micos a resolver descollaba la falta de fondos para pagar al profeso­ rado, que llevaba ya varios meses sin co b ra r64. Lo interesante a nuestro objeto es saber que Aragón estaba ya en Salamanca desde el mes de noviembre incorporado a sus destinos docentes. Más aún, hay indicios serios para pensar que permaneció en la ciudad hasta bien entrado enero del 37, cumpliendo diversos encargos y comi­ siones dentro y fuera de las instituciones académicas 65. Y si esto es cuyo requisito no podrán percibir haber a partir de aquella fecha». Un Decreto nota­ ble es el de 8-IX-36 (B oletín O ficial del 12, n. 20), que regula la situación de los empleados públicos a quienes haya sorprendido el Movimiento Nacional, con causa justificada, fuera de su residencia oficial [caso de Aragón]. El 13-IX-36 (Boletín Ofi­ c ia l del 13, n. 23) se da otra Orden cancelando licencias y comisiones a catedráti­ cos, profesores y maestros dependientes del Ministerio de Instrucción Pública, salvo por enfermedad o los que acrediten la imposibilidad de haberse reintegrado a sus puestos [situación de Aragón]. Por fin, el 26-X-36 («BOE» del 27, n. 13), formada ya la Junta Técnica del Estado en Burgos, se dicta una Orden instando a que «todos los funcionarios del Estado, que se encuentren actualmente fuera del lugar en que desempeñaban sus cargos antes del alzamiento nacional, deberán reintegrarse a sus destinos, si estos se prestaban en territorio ahora ya ocupado por el Ejército, en el plazo máximo de cinco días, a contar desde el siguiente a la publicación de la siguiente Orden». Otras dos Órdenes hay para comprender la situación administrati­ va de B. Aragón en los primeros meses de guerra, las de los días. 4 y 7-XI-1936 («BOE» del 7 y 10, n. 24 y 26). Creo que es a partir de estas tres últimas disposicio­ nes cuando hubo de tomar Aragón la determinación de volver a Salamanca. 64 La última paga librada fue la de agosto, pero tres catedráticos, entre ellos muy probablemente Aragón, no cobraron siquiera ese mes (Oficio al rector de 10- XII-1936. AUSA, Caja 2756/2; AI-210/2). 65 Vemos a Aragón actuando en los sucesivos Claustros de la Escuela de Comercio de 8 y 15 de diciembre, en los que se van dando cuenta de las gestio­ nes hechas ante la Diputación, el Ayuntamiento y el rector por la comisión nom­ brada en el Claustro de 21 de noviembre, de la que formaba parte, como sabe­ mos, el propio Aragón. Por tanto, no parece que se moviera de Salamanca durante ese tiempo. Pues el encargo que se le hizo en noviembre de ir junto con P. Sal­ vador Prieto a Burgos «para hacer las gestiones directamente con la Junta Nacio­ nal», no parece se llevara a efecto de momento {Libro d e Actas..., en n. 49. AUSA,

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