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BARTOLOMÉ ARAGÓN: ÚLTIMO INTERLOCUTOR DE UNAMUNO 867 por reiteradas Órdenes y Decretos a reintegrarse en septiembre a sus destinos docentes en Salamanca, no llegara a ésta por lo menos hasta el 21 de noviembre, en que lo vemos de nuevo asistiendo al claustro de la Escuela de Comercio 63. En dicho claustro se le nom- de julio estaba a su disposición y «la conveniencia de que se reintegrara a esta Escue la para el día 15 del corriente» mes de septiembre. (En la nota siguiente se relacio nan las Órdenes que regulaban la conducta a seguir por las Escuelas de Comercio y Universidades en aquel primer comienzo de curso en guerra, en virtud de las cuales se le hizo saber a Aragón la conveniencia de su reintegro a su destino docente). Ante esta comunicación, la Jefatura de Falange Española de las JONS de Huelva envió el 16 de septiembre un escrito a la Escuela y otro a la Facultad de Derecho solicitando autorización para que Aragón pudiera permanecer en la capital onuben- se «agregado a dicha Jefatura» (AUSA, Caja 2756/2; AI-210/2; y AUSA, Archivo anti guo de la Facultad de Derecho. Papeles varios). Probablemente Aragón ocupaba un cargo relacionado con Prensa y Propaganda en Huelva, quizá como director del periódico falangista La Provincia. Son hipótesis que hay que confirmar. En todo caso, ya se sabe por qué fue precisamente ese periódico el que ofreció a Unamuno el último día del año. Aragón, agregado a la Jefatura de Falange de Huelva, lo había traído consigo a Salamanca en noviembre. 63 Aragón, funcionario del Estado como catedrático de la Escuela de Comercio y profesor de la Universidad, tenía que haberse presentado antes en Salamanca. Así lo disponía una serie de Órdenes de la Junta de Defensa Nacional. Ya el 28-VIII- 1936 ( Boletín Oficial del 29, n. 13) se ordena a los Centros de Secundaria, Norma les, Comercio, Industriales y Artes y Oficios adopten «las medidas convenientes para que todos los servicios docentes y administrativos reanuden su marcha normal... con arreglo a la legislación vigente». Otra Orden de 4 de septiembre ( Boletín Oficial del 8, n. 18) dictaba a los Centros señalados ciertas normas, entre las que destaca mos: a) La reunión de los Claustros, en la 1.a quincena de septiembre, b) Los exá menes extraordinarios, en la 2.a quincena. [Nótese que en el curso 35-36 Aragón figuraba en nueve Tribunales para las convocatorias de junio, septiembre y enero]. c) La apertura de curso, el 1.° de octubre. Se facultaba además a los Centros a «lla mar a su seno a los profesores que por causa de la guerra no puedan presentarse en el Instituto [o Centro análogo] a que pertenecen, hallándose sin ocupación oficial en la población de su actual residencia». Una Orden de 5 de septiembre ( Boletín Oficial del 10, n. 19) daba normas a las Universidades. Lo más llamativo a nuestro objeto es la suspensión de los exámenes extraordinarios, aspecto a tener en cuenta para aquilatar los motivos de la presencia de Aragón en Salamanca aquel fin de año, que no pudo ser para examinar en la Universidad, aunque sí pudo serlo para exa minar en la Escuela (en relación con este punto véase la Circular de 19-XII-36, «BOE» del 21, n. 63). Se ordena también que el profesorado universitario se presente en sus destinos el día 15 de septiembre. «Los que no lo hicieren, habrán de acreditar la imposibilidad de efectuarlo, por hallarse en poblaciones no sometidas a la Junta de Defensa Nacional o encontrarse en el Ejército o militarizados [caso de Aragón], sin
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