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862 ANTONIO HEREDIA SORIANO dijo que era catedrático de la Escuela de Comercio de Salamanca y le habló sobre todo de las universidades por donde había pasado: Madrid, París y Pisa. Fue su estancia en esta última ciudad italiana lo que más atrajo la atención del Rector. Sobre todo saber que había vivido durante un curso en la Italia de Mussolini estudiando Econo­ mía corporativa y D ere ch o mercantil. Esto le desp ertó una gran curiosidad, y aprovechó para interesarse de testigo d irecto y esp a ­ ñol por el ambiente socio -económ ico, cultural y político de Italia, a cuyo Gobierno «atacó duramente»55. Aragón fue sincero y esp on tán eo pero breve, pues la hora de clase se echaba encima. El tiempo suficiente para recriminarle lo injus­ to de sus ataques y decirle que aquel Gobierno estaba haciendo un esfuerzo por implantar una justicia social superadora de la lucha de clases y acorde con la dignidad de la persona; justicia no lograda ni dignidad respetada por el capitalismo liberal burgués, el anarcosindi­ calism o y el socialismo marxista. En Italia, además, no existía paro obrero, y sí disciplina, orden, seguridad, incluso un fuerte sentimien­ to de unidad nacional, un ambien te social patriótico, alegre y opti­ mista... Y para un no político, como él, aquella Italia le dio la posibi­ lidad de ampliar sus estud ios y especializarse en econom ía corporativa, una de las ramas de econom ía política más en boga en tonces. Y esto era lo que más valoraba, pues con ese fin y el de preparar las oposiciones a cátedra, se había marchado. Le hizo ver la gran d iferencia entre el régimen italiano y el español, abo cado a la descomposición social por la demagogia y la anarquía revoluciona­ ria. Hacía falta en España un Estado nuevo de autoridad que superara el trasnochado liberalismo sin caer en los excesos revolucionarios del socialismo y del anarquismo; un Estado fuerte que armonizara el Capi­ tal y el Trabajo mediante el Corporativismo integral, cortando de raíz la lucha de clases y la tendencia centrífuga de algunas reg iones 56. 55 Cf. n. 16. Véase la posición negativa de Unamuno ante el fascismo italiano en Miguel d e U n am un o , República española y España republicana (1931-1936). Artículos no recogidos en las obras completas. Introducción, edición y notas de V. González Martín. Salamanca: AJmar, 1979, pp. 40-47. Poco más de un año antes de su encuentro con Aragón había escrito Unamuno que «en Italia se incita a las mujeres a hacer hijos, no para que vivan, sino para que maten, peor que para morirse (OC, III, 820). 56 De aquella primera conversación de Aragón con Unamuno sólo tenemos constancia de que el primero alabó el régimen de Mussolini y criticó la caótica

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