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BARTOLOMÉ ARAGÓN: ÚLTIMO INTERLOCUTOR DE UNAMUNO 855 último, Aragón incurre en un lapso al decir que en diciembre de 1936 se «encontraba en Jaca, de teniente»47. Dejamos aquí el análisis comparativo de los materiales publica­ dos hasta ahora sobre la muerte de Unamuno y la exposición de lo que esos mismos materiales informan acerca de la personalidad de su último interlocutor, Bartolomé Aragón. Sobre lo primero, hemos visto cómo las fuentes consultadas muestran cierta disparidad infor­ mativa, en algún punto contradictoria. Nuestra tarea ha consistido en abrir una línea de interpretación lo más verosímil posible al tenor de los datos disponibles. Al lector toca juzgar y completar lo aquí iniciado. Sin embargo, dentro de la diversidad de opiniones sobre hechos más o menos importantes, se mantiene vigente lo esencial, que son las palabras pronunciadas en aquella última conversación. Entre unos y otros testimonios hemos podido trazar una línea conti- dinas, situada más cerca de la casa de don Miguel, en el ala oeste de la plaza. ¿Sería ésta (hoy inexistente) a la que acudió Aragón? No lo precisa. Dice, por otra parte, que el médico que atendió a Unamuno pudo ser don Filiberto Villalobos. Éste, ade­ más de vivir cerca de la calle Bordadores, era amigo íntimo de don Miguel. Pero no puede ser porque don Filiberto estaba en la cárcel desde el 10 de agosto de 1936 y no salió de ella hasta 1939. Dato que debo igualmente a su hijo don Enrique Villalo­ bos Mier, y que ya conocía entonces el propio Unamuno (M. de U namuno , El resen­ timiento trágico de la vida. Notas sobre la revolución y guerra civil española. Estu­ dio de C. Feal. Madrid: Alianza, 1991, p. 51). 47 En aquel diciembre B. Aragón no pudo estar en Jaca ni ser teniente. No lo primero porque, como él mismo refrenda en una declaración jurada de 1975, perma­ neció en el frente de Ríotinto, Huelva, «desde 15 agosto 1936 hasta enero de 1937» (Expediente Militar de Bartolomé Aragón Gómez ; Archivo General Militar de Ávila). Su permanencia en ese frente no fue siempre física sino administrativo-militar, pues al ser funcionario docente, hubo de cumplir, entre otras, las Órdenes de 4/5-IX-1936 (Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España, Burgos, 8/10-IX-1936, nn. 18 y 19) y 26-X-1936 («BOE», 27-X.1936, n. 13) que regulaban la vida académica de los Institutos Nacionales de 2.a enseñanza y asimilados, entre ellos las Escuelas de Comercio, y conminaban a los profesores y funcionarios del Estado a reintegrarse a sus destinos, cosa que no pudo hacer Aragón hasta el mes de noviembre. Más ade­ lante volveremos sobre este asunto. Tampoco pudo llegar Aragón de teniente a Sala­ manca en diciembre del 36, pues no fue promovido a ese empleo hasta el 21-4-1938 («BOE», 28-4-1938). Sólo a partir del 1 de marzo de 1937, en que fue destinado como reciente alférez provisional al 6.° Grupo Divisionario de Intendencia de la VI División (Brigadas de Navarra) pudo operar en los frentes del Norte y de Aragón, en donde se encuentra el enclave de Jaca («BOE», 4-3-1937, n. 134. También: Expediente Militar de B. Aragón, cit. en esta nota).

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