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BARTOLOME ARAGON: ÚLTIMO INTERLOCUTOR DE UNAMUNO «Dios no puede volverle la espalda a España. España se salvará porque tiene que salvarse» (Últimas palabras de Unamuno antes de morir. 31 de diciembre de 1936). El 4 de febrero de 1999 moría en Madrid a punto de cumplir noventa años. Fue testigo dé la muerte de Unamuno aquella tarde fría y postrera de 1936. Bartolomé Aragón, la persona que compartió con don Miguel los últimos instantes de su vida. Charlaban en torno a una camilla y al calor del brasero, en la casa que el ya por entonces ex rector habitaba en la calle Bordadores de Salamanca, frente al esbelto ábside gótico de las Úrsulas, «rincón melancólico y recoleto de la ciu­ dad dorada«, en palabras de Antonio de Obregón l. Ninguno de los dos sospechó en momento alguno de la conversación que el día y la hora de quien había dejado escrito que no podía concebirse fuera del tiempo, inexistente, estaban al caer sobre él para plantarlo de súbito en la eternidad; que la hora de quien había fijado su mirada en la mirada de la Esfinge, escudriñando su secreto, estaba a punto de lle­ gar... «¡Ser, ser siempre, ser sin término!... No quiero morirme, no; no quiero, ni quiero quererlo; quiero vivir siempre, siempre, siempre...»2. Quien así pensaba y sentía, Miguel de Unamuno y Jugo, vivía todavía acongojado por la inquietud religiosa, expectante semiescéptico y cor­ dial de una sobrevivencia ultraterrena; preocupado por España y soña­ dor desalado de un futuro más venturoso y cristiano para ella 3. Tenía 1 Antonio de O breg ó n , «Un poeta llamado Miguel de Unamuno. Aquellos días en Salamanca», ABC, Madrid, 10-1-1983. 2 Miguel de U n a m u n o , Del sentimientotrágico de la vida, OC, VII, Madrid: Escelicer, 1967, pp. 131-132, 136. 3 Véanse a este respecto algunas cartas desus últimos años. Fechas:2-V-1933, 23-XI-1934, 15-IV-1936, 23-IV-1936, 10-VI-1936, l-XII-1936, 13-XII-1936. Pueden verse en Miguel de U n am u no , Epistolario inédito II (1915-1936). Edic. de L. Robles, Madrid: Espasa-Calpe, 1991.