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830 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 2.2.6. Otros autores En esta misma línea se situará san Cipriano, buscando un buen trato para los esclavos por el hecho de ser de la misma con­ dición humana. El hombre, por el hecho de ser señor, no tiene potestad para proclamarse por encima de la vida de otro hombre. El mantener esta postura se convierte en una auténtica ofensa al Señor. «Tu exiges del siervo que te preste servicio y, siendo hom­ bre, obligas al hombre a estar sumiso y obediente a ti; y aunque sea igual la suerte del hacer y la condición del morir, semejante la materia de los cuerpos, común la razón de las almas, aunque con igual derecho y con la misma ley vengáis a este mundo y salgáis de él; sin embargo, si no eres servido a tu arbitrio, si alguien no obedece a los antojos de tu voluntad, tú, imperioso y exigente en demasía, le golpeas, le azotas, le afliges y atormentas con el ham­ bre, la sed, la desnudez y frecuentemente con el hierro y la cár­ cel. ¡Miserable! Ejerces tal señorío sobre el hombre, y no quieres reconocer al Señor tu Dios. Con razón no cesa Él de enviar sus castigos»125. San Ambrosio, en una larga carta a un tal Simpliciano, en la que comenta la 1.a Carta a los Corintios, habla de recuperar la liber­ tad interior, afirmando que el cristiano debe estar satisfecho de sal­ varse de la esclavitud del vicio y mantenerse libre de ánimo, lo que le hace superior a su mismo amo; de esta manera el cristiano man­ tiene salvada su libertad, siempre que permanezca fiel a la ley de Jesucristo 126. 125 «Tu enim Deo servis, per quem tibi cuncta deserviunt; famularis illi cuius nutu tibi universa famulantur. Ipse de servo tuo exigis servitutem, et homo hominem parere tibi et obedire compellis. Et cum sit vobis eadem sors nascendi, conditio una moriendi, corpoaim materia consimilis, animarum ratio communis, aequali iure et pari lege vel veniatur in istum mundum vel de mundo postmodum recedatur, tamen nisi tibi pro arbitrio tuo serviatur, nisi ad voluntatis obsequium pareatur, imperiosus et nimius servitutis exactor, flagellas, verberas, fame, siti, nuditate, ferro etiam frequenter et carcere affligis et crucias; et non agnoscis, miser, Dominum Deum tuum, cum sic exerceas ipse dominatum?»: C ipriano , Liber ad Demetrianum, 8 (PL 4, 550). 126 Cf. S an A m brosio , In I a d Corinthios, c. 7, w . 20-21 (PL 17, 220).

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