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814 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ Su argumentación es todavía más precisa, recurriendo al Evange­ lio de san Juan. Para el Hiponense, la libertad está muy unida a la verdad, criterio fundamental de verificación para el creyente. Se mueve en un juego de palabras, en el que quiere mostrar cómo el cristiano no puede apartarse del Señor; su libertad y esclavitud sólo tiene sentido desde Cristo. En esta concatenación de argumentos está presente también la práctica mosaica, donde el esclavo que era libe­ rado podía salir de la casa de su amo, a diferencia del hijo, que per­ manecía siempre en ella San Agustín provoca al creyente para que, por propia libertad, no abandone nunca la comunidad de fe y de vida: «“Si permanecéis en mi espíritu — dice— , seréis verdaderos discípulos míos y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8, 31). Eres a la vez esclavo y libre: esclavo, porque has sido creado; libre, porque eres amado por Dios, que te ha hecho, y, en consecuencia, también libre, porque amas a Dios, que te ha creado. No le quieras servir de mala gana, pues no lograrás no servirle, sino que le servirás como un mal esclavo. Esclavo y liber­ to eres del Señor; no quieras lograr la libertad de modo que sal­ gas de la casa de quien te la da» 10°. En la Ciudad de Dios dedica un capítulo entero a probar cómo el hombre es esclavo por el pecado. «El orden natural quiere que el hombre racional, hecho a imagen de Dios, no señoree si no es sobre los animales irracionales: no el hombre sobre el hombre, pero el hombre sobre la bestia; y por eso los primeros justos fueron hechos pastores de ovejas, antes que reyes de hombres, de tal manera ahora así mostrase Dios aquello que requiere el orden de las criaturas, y aquello que va imputado a la culpa de los pecadores. Es cierto, la condición de la esclavitud parece impuesta al pecador con derecho; 99 Cf. Ex 21, 2; Dt 15, 32. San Agustín no lo toma directamente de estos dos fuentes, sino que está comentando el texto de Jn 8, 31-36. 100 «“Dixerat autem aliquando credentibus in se: si manseritis in verbo meo, vere discipuli mei estis; et cognoscetis veritatem, et veritas liberabitvos”. Simul es et servus et liber: servus, quia factus es; liber, quia amaris a Deo a quo factus es; immo etiam inde liber, quia amas eum a quo factus es. Noli servire cum murmure; non enim id agunt murmura tua, ut non servias, sed ut malus servus servias. Servus es domini, libertus es domini; non te sic quaeras manumitti, ut recedas de domo manu- missoris tui»: San Agustín, /. c.

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