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LA ESCLAVITUD EN EL MUNDO ANTIGUO 801 camente como a personas que existían en el ambiente en el que se desarrolla la narración»77. La línea evangélica se mueve toda en la búsqueda de una liber­ tad moral y, al mismo tiempo, en solicitar un trato caritativo para los discípulos, entre los que se encuentran también los esclavos 78. 2.1.1. El concepto d e esclavitud según san Pablo Dado que los cristianos han sido adquiridos y pagados por el Señor, san Pablo, con sus conocimientos de la ley judía, hace una trasposición del concepto de esclavitud en el orden sobrenatural. Su experiencia concreta la eleva a criterio de vida; por eso, cuan­ do se presenta oficialmente como « apóstol , esclavo d e Jesu cristo» (ICor 7, 22), está afirmando pertenecer en modo exclusivo y total al Señor del cielo y tierra, que tiene todo derecho sobre él, hacien­ do depender la propia personalidad y existencia, la misión y toda su actividad a la voluntad de Cristo, su Señor. Para Pablo no impor­ ta ya la condición social, sino la llamada al servicio de Dios. El esclavo cumplirá su deber de continuar sirviendo a su amo «como a Cristo»: «Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con res­ peto y temor, con sencillez de corazón, como a Cristo; no por ser vistos, como quien busca agradar a los hombres, sino como escla­ vos de Cristo, que cumplen de corazón la voluntad de Dios; de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres; cons­ cientes de que cada cual será recompensado por el Señor según el bien que hiciere: sea esclavo, sea libre» (Ef 6, 5-8). Pero el tratar al amo como a Cristo es sólo una parte del argu­ mento paulino, ya que en esa relación están implicadas al menos dos personas; por eso san Pablo se dirigirá también al amo, promo­ viendo también en él una actitud concreta, en consonancia con el mensaje del Señor y con la práctica emprendida por el esclavo. El 77 C. A lo n so F o n te la , o . c ., 87. 78 Cf. Mt 10, 24s.; Jn 13, 16; 15, 20.

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