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LA ESCLAVITUD EN EL MUNDO ANTIGUO 793 tes. Muchos jurisconsultos romanos reconocen, además, que, en la práctica de la esclavitud, el derecho de gentes resulta viciado res­ pecto del derecho natural. Al mismo tiempo, Aristóteles considera la esclavitud como una necesidad natural de la vida social; los escri­ tores romanos la refieren únicamente al capricho de la fortuna que impera sobre los sucesos humanos. Si la institución de la esclavitud se apoya en el derecho de gen­ tes, y éste corresponde a una necesidad de la vida social —como afir­ ma Aristóteles— , se debería encontrar en la naturaleza el fundamento jurídico de la institución de la esclavitud. Aristóteles consigue superar esta contradicción entre el derecho de gentes y el natural, sometiendo este último a las costumbres humanas que, en este caso, parecen estar claramente viciadas, aunque fueran comunes a una gran mayoría de los hombres. Los juristas romanos, afirmando la repugnancia de la esclavitud en referencia al derecho natural, ayudaron a que la justicia legal fuera elevada a juicio moral, haciendo que prevaleciese la equi­ dad. Ellos mismos permanecieron constantemente favorables a la causa de la libertad, favoreciendo la manumisión y protegiendo el derecho moral del esclavo. No hay duda alguna de que grandes hombres del pensamiento latino, como son Catón47, Salustio48, Cicerón49, Horacio50, Séneca51, Persio 52, Juvenal53, Epicteto 54, Marco Aurelio55, supieron sacar todo 47 Cf. P lutarco , Vita Parallelae, Cato minor, § 51. 48 Cf. S alustio , Iugurtha, § 1-2. 49 Cf. M . T. C icerón , Paradoxon, 5, § 1-2; De finibus, 3, 22: «Caeterum omnes sciunt scripta veterum plena esse praedictorum de libertate sapientis». 50 Cf. H oracio , Satirarum, lib. 2, sat. 7. 51 Cf. M . A . S éneca , Naturalium Quaestionum, lib. 3, Praefatio; Epistolarum, 4, 7, 31, 47, 77, 90, 95; De beneficiis, 2, 9; 2, 3, 18-27; 7, 4; De dem entia, lib. 1, 18, 22; 2, 6-7; De vita beata, 24; De otio sapientis, 28; De ira, 1, 5; Ad Marciam Consolatio, § 20; De tranquilitate animi, c. 10. 52 Cf. P ersio , Sátira, 5. 53 Cf. J uvenal , Satirarum, lib. 1, sat. 8. 54 Cf. E pic teto , Epicteti Fragmenta, nn. 8 , 9, 14; Dissertationis, 4, 1; Enchri- dion, passim. Hacemos notar que aunque Epicteto de Hierópolis es un autor de ori­ gen griego, su pensamiento está más en consonancia con el romano, donde vive y elabora su doctrina. 55 Cf. M arco A urelio , Commentariorum quos sibi ipsi scripsit, lib. 6, 16; 8 , 29, 48; 10, 8.

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