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738 JOSÉ MARÍA DE MIGUEL desborda sobre el pecado. En efecto, «la historia muestra con cuán­ to entusiasmo el pueblo de Dios ha vivido siempre los Años Santos, viendo en ellos una conmemoración en la que se siente con mayor intensidad la llamada de Jesús a la conversión» (IM n. 5) 10. En la intención del papa Juan Pablo II al convocar al pueblo cristiano para la celebración del Gran Jubileo, también aparece en primer plano la misma invitación «a la conversión y la penitencia». Pero en compara­ ción con otros jubileos de tiempos pasados, el problema está hoy en una cierta insensibilidad generalizada respecto del pecado y de la conciencia de pecado 11. Ahora bien, si ésta es débil o está ausen­ te, el sentido del jubileo fracasa, porque la gracia del gran perdón que Dios ofrece en el Año Jubilar no puede llegar ni ser acogida si falta la conciencia de pecado. Entonces el jubileo puede perder su verdadero sentido de renovación de la vida cristiana, de ocasión pri­ vilegiada para retornar, al camino del Evangelio, y convertirse en espectáculo de masas, en ocasión para la visita cultural, en gran negocio del turismo internacional. El sentido religioso del Gran Jubi­ leo, y de todos los jubileos, se podrá preservar si logramos recupe­ rar la necesidad del perdón, y para ello la conciencia de que somos pecadores, sabiendo que el pecado es lo que nos aparta de Dios, nos enfrenta con el prójimo, distorsiona el mandato divino de « dom i­ n a r la crea ción » (Gén 1, 28) esquilmándola en beneficio propio; en definitiva, nos aleja del fin y meta a que estamos llamados: la amis­ tad y comunión con Dios. La pérdida del sentido del pecado, la inca­ pacidad para pedir perdón, ¿no nos alejará del mensaje central del Evangelio que Jesús resumió al comienzo de su misión diciendo: «e/ tiempo se h a cum plido y e l Reino d e Dios está cerca; convertios y creed en la Bu ena Noticia» (Me 1, 15)? Giubileo del 1300. Storia e storiografia», en La CivCatt., IV (1999) 333-346; G. R affo , SI, «Il Giubileo del 1300 nelle antiche cronache», en La CivCatt., IV (1999) 135-146. 10 Cf. G. C ottier , «La Iglesia ante la conversión: el fruto más significativo del Año santo», en AA.W., Tertio Millennio Adveniente. Comentario teológico-pasto- ral..., 161-172. 11 Por eso insiste el Papa que «el anuncio de la conversión como exigencia imprescindible del amor cristiano es particularmente importante en la sociedad actual, donde con frecuencia parecen desvanecerse los fundamentos mismos de una visión ética de la existencia humana» (TMA 50). «

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