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TRINIDAD Y EUCARISTÍA EN EL AÑO JUBILAR 765 como Padre nuestro (Mt 6, 9) 49. Jesús habla continuamente del Padre; él se presenta como el Hijo en comunión plena con el Padre: «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10, 30); «todo lo que tiene el Padre es mío» (Jn 16, 15); «creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí» (Jn 14, 11; cf. 10, 38; 17, 21). Jesucristo nos reveló el misterio de sí mismo presentándose como el enviado del Padre que actúa en su nombre y lo hace presente (cf. Jn 14, 8-12; 17, 3.18), como el Hijo de Dios: él es el Hijo, el Unigénito 50 (cf. Mt 11, 27; Jn 1, 14.18; 3, 16.17.18, etc.); por él también nosotros somos hijos de Dios (cf. Gal 4, 4; Rom 8, 15-17). San Juan de la Cruz, en un pre cioso romance, hace decir al Padre: «Nada me contenta, Hijo, fuera de tu compañía, y si algo me contenta, en ti mismo lo quería. El que a ti más se parece a mí más satisfacía y el que en nada te semeja en mí nada hallaría... Al que a ti te amare, Hijo, a mí mismo le daría y el amor que yo en ti tengo ese mismo en él pondría, en razón de haber amado a quien yo tanto quería»5l. 49 Cf CCE nn. 238-242. L. F. L a d a ria , El Dios vivo y verdadero. El misterio de la Trinidad, Secretariado Trinitario, Salamanca 1998: La revelación de Dios en la vida de Jesús, Estudio bíblico-teológico (43-113). 50 «Entre los diversos títulos cristológicos el de Hijo de Dios ocupa un papel especialmente relevante en el NT y, siguiendo esta línea, ha sido privilegiado en la tradición. Ello ha sido así porque ya desde el principio se ha intuido que la relación irrepetible con Dios Padre, que el término ‘Hijo’ expresa, nos revela lo más profundo del ser de Jesús» (L . F. L a d a r ia , o . c ., 315). Cf. G. L . M ü lle r , Dog mática, 309ss. 51 De la com unicación de las Tres Personas, en Obras Completas, edición a cargo de J. V ic e n te R o d r íg u e z y F. Ruiz S a lv a d o r , Ed. Espiritualidad, Madrid 1998, 50s.
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