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TRINIDAD Y EUCARISTÍA EN EL AÑO JUBILAR 759 no aparece para nada 35. Pero si Dios no está en el origen del uni­ verso, porque éste es fruto casual de una gigantesca explosión, si tampoco está en el origen del hombre porque éste es un produc­ to, también casual, de la evolución de los primates, pues enton­ ces es que Dios no existe. Si él no ha hecho nada de lo que hay, si de él no viene nada, y a él nada torna, entonces es fácil con­ cluir que Dios es sólo una pura ficción o imaginación del hom­ bre. Pero el n om b re d e Dios es adm ir a b le p o r toda la tierra: nada ni nadie puede arrancar del corazón humano el rastro de Dios presente en la creación, de la cual el hombre es su punto culmi­ nante, pues 4o hiciste p o c o in ferior a los ángeles, lo coronaste d e g loria y d ign idad ; le diste el m an d o sobre las obra s d e tus m anos, todo lo som etiste b a jo sus p ie s » (Sal 8, 6-7). No es casual que el relato de la creación termine con una intervención solemne de Dios, a modo de consejo intradivino, porque el hombre y la mujer son el más perfecto reflejo, retrato o icono de Dios: -Y dijo Dios: ‘H ag am o s a l s er h um a n o a nu estra im ag en , com o s em e ja n z a nuestra... Creó, pues, Dios a l ser hum an o a im agen suya, a im a ­ gen d e D ios le c r eó m a ch o y h em b r a los c r e ó » (Gén 1, 26.27) 36. 35 «Nada que sea ciencia rigurosa contradice a la fe, pero sí muchas cosas que pretenden pasar por ciencia. La fe en la creación sigue siendo hoy, precisamente hoy, racional; ha de ser la ventana abierta a la grandeza de Dios» Q. R a t zin g er , Un canto nuevo p ara el Señor. La fe en Jesucristo y la liturgia hoy, Sígueme, Salamanca 1999, 47). Sobre este punto, cf. J. L. Ruiz d e la P eñ a , Crisis y apología de la fe. Evangelio y nuevo milenio, Sal Terrae, Santander 1995; el cap. III: «El desafío cientifista», 115-154 . «El propósito de Hawking es confeccionar un modelo de universo tal que haga inne­ cesaria la apelación a un acto creador divino. Para ello habrá que eliminar de ese modelo el big-bang, que implica la admisión de un comienzo absoluto del tiempo y del universo mismo y que, por ende, dejaría lugar a Dios. Por el contrario, un univer­ so sin comienzo y sin fronteras hace inútil —piensa nuestro autor— a Dios» (p. 131s.). Cf. G. L. M ü ller , Dogmática, p. 171s.: La imagen del universo de las ciencias naturales modernas. 36 La nota de la Biblia de Jerusalén a Gén 1, 26a explica los distintos sentidos del plural ‘hagamos’, sin dejar de apuntar la interpretación trinitaria que del mismo hacen los Padres, p. ej., S an A g u stín , De Trinitate 12, 6, 6: Se refiere a la interpreta­ ción del texto bíblico Gén 1, 26.27: * Nostram certe, quia pluralis est numerus, non recte diceretur, si homo ad unius personae imaginem fieret, sive Patris, sive Filii, sive Spiritus sancti; sed quia fiebat ad imaginem Trinitatis, propterea dictum est, a d imaginem nostram

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