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TRINIDAD Y EUCARISTÍA EN EL AÑO JUBILAR 757 hoy dominantes, reconforta el testimonio de los mártires, su valen­ tía, su capacidad de resistencia y de no doblegarse a los poderes anticristianos de este mundo. Silenciar la memoria de los mártires es contribuir a dibujar una religión plana, mortecina, instalada y plena­ mente adaptada a la corriente materialista que nos inunda. Olvidar la memoria de los mártires es sepultar la fuerza transformadora del Evangelio. Un evangelio que no suscite contradicción no es el Evan­ gelio de Jesús. Por eso, no se puede celebrar el Gran Jubileo de los 2000 años de la Encarnación y Nacimiento de Nuestro Señor, que murió en la cruz, sin tener presente a los mártires, sin guardar celo­ sa y agradecidamente su memoria. 3. DIOS TRINIDAD SE REVELA EN SUS OBRAS El sentido y meta de la celebración del Gran Jubileo a través de todos sus signos, con el más expresivo de todos, el sacramento admi­ rable de la Eucaristía, en el centro, es 4a g lorificación d e la Trini­ dad, de la que todo procede y a la que todo se dirige, en el mundo y en la historia» (TMA 55). La glorificación es la acción o movimiento en forma de gestos y palabras que sube de nosotros, de la Iglesia, hasta el Padre, por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo. Pero para que ésta puede darse, es decir, para que el hombre pueda elevar su corazón agradecido hacia Dios, Él ha tenido antes que rebajarse o descender hasta nosotros 31. Dios sale de sí y se nos comunica, y con ello se revela, en la obra de la creación, que da inicio a la historia de la salvación la cual se consumará en la obra de la redención. Rastre­ ando sus ‘ obras adm ira b les’ podemos acercarnos al Misterio Trinita­ rio de Dios que en ellas ha dejado su impronta: « Porque lo invisible d e Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través d e sus obras» (Rom 1, 20; cf. Sab 13, 1-9)32. 31 Cf. CCE nn. 1078-1083, donde habla de la bendición primordial de Dios Padre a nosotros creadora de vida y posibilitadora de nuestra bendición al Padre por Cristo bajo la acción del Espíritu. 32 G. L. M üller , Dogmática, Teoría y práctica de la teología, Herder, Barcelona 1998. La creación como originaria autorrevelación de Dios: «A Dios se le conoce a través del mundo histórico y con-humano; se media indirectamente, según todo su

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