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LA TEOLOGÍA FRANCISCANA DEL SOBRENATURAL 727 raleza humana. Sin embargo, hay que ver dialécticamente aquí la máxima expresión de la dignidad humana: su posibilidad de recibir al ser infinito como plenificador de su ser. Para comprender mejor la postura de Duns Escoto recordamos que unos años antes también san Buenaventura se había enfrentado a similares filósofos metafísicos (los averroístas latinos), que exalta­ ban la suficiencia perfecta de su filosofía y de su ética, y declaraban superflua a la teología, a la sabiduría cristiana. El Seráfico Doctor, agustiniano cumplido en este punto, intenta quebrantar la orgullosa pretensión de estos filósofos proclamando que su filosofía está «heri­ da/enferma» por efecto del pecado original. Como ignoraron esta enfermedad que les aqueja, ignoraron al Médico. Por eso han caído en tan manifiestos y peligrosos errores doctrinales y morales32. Pode­ mos aceptar la descripción más concreta que de esos errores hace san Buenaventura. Pero no es aceptable la etiología que de ellos se hace: que tales errores provengan del hecho del pecado original. Porque bien podemos concederles a aquellos filósofos el que gozasen de una mente lucidísima, altamente privilegiada. Sin embargo, es seguro que, con tal dotación, nunca serían capaces de llegar por sí mismos a des­ cubrir que en Cristo se encuentran los tesoros de la ciencia y sabidu­ ría de Dios. O que Cristo es el medio de todas las ciencias. Al finalizar nuestras reflexiones pienso que es razonable que­ darnos con estos puntos fijos: 1) Los teólogos franciscanos, durante siglos, defendieron en solitario la existencia en el espíritu humano de un deseo natural de ver/amar a Dios, de la visión beatífica. Otros muchos teólogos y por mucho tiempo les achacaban el que, con tal teoría, ponían en peligro la gratuidad/transcendencia de la Gracia del Sobrenatural. La teología católica actual juzga más necesario insistir en la inm a ­ nencia del Sobrenatural. Así lo demanda la sensibilidad humana y religiosa y la cultura de la época. Se quiere superar el extrinsecis- 32 Collationes in Hexaemeron, I, n. 16; II, n. 7; V, n. 21; VI, n. 2-5; VII: ignora­ ron la enfermedad y la medicina. Sólo la fe conoce la enfermedad, la causa, el médi­ co y la medicina, nn. 8-13; XIX, nn. 10-18. Esta lucha de san Buenaventura contra la filosofía «separada» y suficiente «para arrinconar a la sabiduría cristinana» (la teología) la describe y documenta J. Ratzinger, Gaschichtstehologie des hl. Bonaventura, Mün- chen-Zürich 1959; basado en las citadas Conferencias sobre el Hexámeron.

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