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LA TEOLOGÍA FRANCISCANA DEL SOBRENATURAL 723 energías más recónditas del homo absconditus que llevamos dentro. Esta convicción le impulsaba a trabajar con ahínco por el progreso de la humanidad. Sin embargo, la desbordada y buscada brutalidad del superhombre nietzschiano y de su homólogo, el nazismo hitleriano del siglo xx, llevaron a Kolakowski a buscar y encontrar en la ense­ ñanza cristiana sobre el pecado original un excelente correctivo para la desmesura, insolencia (hybris) de este tipo de hombre autosufi- ciente, orgulloso del poder que el hombre moderno ha logrado adqui­ rir mediante la ciencia y técnica. ¡Nuevos titanes que intentan escalar el cielo y desposeer a Dios del gobierno del cosmos y de la historia! Kolakowski ha recapacitado y ha llegado a pensar que tal vez la raza humana sea impotente para salvarse por sí misma, y deba abrirse a la acción gratuita del Salvador si quiere superar el titanismo que le está llevando al fracaso al hombre occidental29. Por boca de un humanista radical se advierte de la importan­ cia de la doctrina del pecado original para templar los impulsos prometeicos del hombre occidental en estos últimos siglos. Si el texto lo trasladamos al lenguaje de la teología percibiremos aquí expresada la vieja convicción de que, para quebrantar el «justiciaris- mo» de tipo farisaico, el orgullo y satisfacción de los ‘espirituales’ y ‘observantes’ de todas las épocas y estilos, la reafirmación de la doc­ trina del pecado original, en cuanto permanente situación pecadora del hombre histórico, constituye el antídoto más indicado. La confe­ sión de la corrupción universal provocada por la caída originaria, se torna testimonio irrebatible de la imposibilidad salvífica del hombre; momento oportuno (kairós) para ofrecerle el Mensaje de salvación. Esta forma de proclamar la necesidad del Salvador ha gozado de alto prestigio, ha sido frecuente recurso misionero y apologético en la historia del cristianismo. El mismo san Pablo, en los primeros capítulos de la carta a los romanos, describe con ra.sgos duros, inmi- sericordes, la situación de pecado honda y universal, la impotencia salvífica en que se encuentra la humanidad entera, judíos y griegos. Desde esta situación se promulga le necesidad del Salvador. Si bien la universal situación de pecado no la hace derivar Pablo del peca- 29 L. K o la k o w sk i , «Der Mythos, das Christentum, die Realität. Ein Gespräch mit Lezek Kolakowski», en Herder Korrespondenz, 31 (1977) 501-506, 502-504b.

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