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LA TEOLOGÍA FRANCISCANA DEL SOBRENATURAL 707 nos. Porque el deseo que tenemos de perfeccionarnos nos dota de la cualidad de connaturalizar lo que de otros recibimos. La teología moderna cuando habla de la «creación primera» y de la llamada «creación segunda» las ve unificadas en un único y sólo proyecto divino de salvación. En toda la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento, la ‘creación’ es el presupuesto de la Alianza, y ésta la culminación y el sentido profundo de la ‘creación’. Se pide la fe en el Creador como preparación y afianzamiento de nuestra fe en el Sal­ vador. La acción del Salvador no se sobrepone o yuxtapone a la acción del Creador: es el desarrollo lineal, ascendente y continuado, m odo divino, de lo que se inició al principio. Si bien en la línea de la valiosidad teológica lo ‘segundo’ está antes que lo ‘primero’. En Rm 4, 17 la gratuidad de la vocación de Abrahán y el dar la vida a los muertos se ponen en la misma línea de gratuidad y liberalidad divina que la creación de la nada. Todo lo que somos, podemos y recibimos es Gracia, en cuanto que es don de la liberalidad de Dios. Todo nos es ‘natural’ en cuanto se nos ha dado para que seamos y nos perfeccionemos. En esta línea hay que leer el texto de 1 Cor 4, 7: «¿Qué tienes qu e no hayas recibido? Y si lo has recibido, no te glorí­ es, como si no lo hubieses recibido». D escosificar nuestro lenguaje teológico. Los binarios naturale- za-Gracia, natural-Sobrenatural pudieran dejar la impresión de que se está hablando de relaciones entre dos realidades/magnitudes abs­ tractas, impersonales. Este lenguaje metaempírico, esencialista (meta- lenguaje) usual en el dialecto escolástico, no es necesario invalidar­ lo, pero sí convendrá completarlo con un lenguaje más vivaz y personal. Si bien no debemos olvidar que los mismos lexemas «visión intuitiva», «amor unitivo» apuntan hacia la convivencia, la comunicación entre personas. Especialmente feliz es la expresión de Duns Escoto que dice que Dios quiere que haya a su lado otros «condiligentes» del bien infinito de su esencia (vult h ab ere alios con- diligentes se). Y, como es sabido, para el Doctor Sutil el amar es la expresión máxima de la vida personal en Dios y en los hombres. Personalizando nuestro lenguaje recordemos que, cuando hablamos de determinar las relaciones naturaleza-Sobrenatural, se trata de explicar las relaciones entre dos personas: la p erson a del hombre, ser consciente y libre, y la ‘p e r s on a ’ d e Dios que quiere hacer partí­ cipe al hombre de su vida personal como Padre, Hijo y Espíritu

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