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LA TEOLOGÍA FRANCISCANA DEL SOBRENATURAL 703 o escritores de interés menor (pp. 281-314). Si bien se ha hablado de la «maravillosa expansión del escotismo en el siglo xvn», sin embargo, parece que no se logró especial relevancia en el tema del Sobrenatural. El siglo xviii es calificado como siglo de general decadencia en la teología y en otros aspectos de la vida de la Iglesia. En este siglo C. Frassen es conocido por su obra Scotus Academ icus seu univer­ sa Doctoris Subtilis th eolog ica Dogmata, de gran amplitud y difu­ sión hasta entrado el siglo xx. BdeA lo considera «un caso difícil» y oscilante dentro de la tradición escotista del Sobrenatural. Sensible a las objeciones que, desde la mayoría, se oponían a la opinión esco­ tista. Se completa el informe con la mención de ocho teólogos de menor importancia. El capítulo final de este minucioso recorrido his­ tórico se dedica a los « teólogos fr a n c is c a n o s qu e n iegan el apetito innato» (pp. 353-361) y, en consecuencia, tienen otra visión diferen­ te de toda la teología del Sobrenatural. Proyectando una m irada retrospectiva y sintética sobre el cami­ no recorrido en estos dos siglos y medio, BdeA subraya las líneas gene­ rales del pensamiento de Escoto respecto al deseo natural de ver a Dios y sobre la teología del Sobrenatural. Se mantiene una correcta interpretación y coincidencia de pareceres entre la que llamaríamos la mayor y más sana parte de los teólogos escotistas. Pueden señalarse y han sido señaladas algunas oscilaciones en puntos secundarios. La un idad básica de la escuela franciscana en referencia a la teología del Sobrenatural parece históricamente asegurada y documentada. Aun­ que ello no haya de significar uniformidad (pp. 367-381). Al finalizar el documentado estudio histórico-doctrinal las con ­ clusiones a retener serían estas: «No es aventurada, pues, la conclu­ sión de que, bajo la variación de algunos términos, se mantenía siem­ pre idéntica la concepción fundamental de la metafísica del ser en cuanto abierto a su perfección. Esta conformidad íntima revela el carácter accidental de las diferencias. Los cambios en el modo de hablar que se notan a lo largo de los siglos es algo de pura superficie y de simple terminología, sin que tengan incidencia real en la base y deducciones de la doctrina. Antes bien, sólo valdrían para evitar inter­ pretaciones equivocadas. El que se hable cada vez más corrientemen­ te de fin natural y sobrenatural, o que a la potencia natural pasiva, que en su conjunción con la activa es una posibilidad natural, se la

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