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EXPERIENCIA DE LA VIRTUD EN SU LUCHA.. 687 tencia y abstracto, sino que él mismo es, de un modo inmediato, la presencia y la realidad del proceso de la individualidad» ( 282 ). Esta última expresión no significa que lo universal, previamen te existente y constituido, se haga presente en el proceso de la indi vidualidad, sino que lo universal deviene como resultado de su pre sencia y de su realidad eficiente, que son inherentes al proceso de la individualidad. Hay, según esto, una doble forma del «en sí»: la inexistente y abstracta, que desde fuera pretende imponerse al «pro ceso de la individualidad», y aquella otra, según la cual el «en sí» es un universal inherente a tal proceso y que en su actividad configu rados resulta también configurado. La virtud que Hegel critica es la propia de un «en sí» abstracto e inexistente, la que corresponde a normas generales de comportamiento, que son extrínsecas al proce so mismo de la individualidad y que, en esa misma medida, no están sin más legitimadas o no se puede decir que tengan una legitima ción definitiva. Habría otro concepto de virtud, no elaborado por Hegel pero coherente con su concepción, según el cual se trata de que el indi viduo, mediante el proceso de su formación, logre el ser al que ini cialmente, es decir, según su propio «concepto», está destinado. En realidad se trata, también en este caso, de un diálogo con Hegel desde los supuestos de la modernidad. Mariano Á lvarez G ómez Universidad de Salamanca
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