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EL UNIVERSO COMO UNIDAD INFINITA EN GIORDANO BRUNO 637 Por una parte, el espacio no sólo es infinito sino que también es el continente de infinitos astros y es apto para comprenderlos. Por otra parte, cada mundo, en su espacio finito, abarca la perfec­ ción que le es propia y la de sus componentes finitos, pero no la perfección de los otros mundos existentes. Cada todo se relaciona con su correspondiente plenitud y perfección. Cada uno de los cuerpos celestes tiene una razón suficiente para existir: tan bueno es que exista esta tierra como que existan otras, ya que la existen­ cia de aquélla no tiene menos razón que la existencia de éstas y la existencia de lo innumerable e infinito no tiene menos razón que la de lo numerable y finito. Así como no sería bueno el no ser de esta tierra, del mismo modo sería un mal el no ser de innumerables mundos. Desde el punto de vista de la bondad, la existencia de otros mundos es tan legítima como la existencia del nuestro. La unidad divina, como suma bondad, puede extenderse a infinitos mundos y puede trans­ mitirse infinitamente 8. (...) ¿Por qué debe ser frustrada la capacidad infinita, defrau­ dada la posibilidad de infinitos mundos que puedan existir, perju­ dicada la excelencia de la imagen divina que debería resplande­ cer más en un espejo ilimitado y, según su modo de ser infinito, inmenso? (...) ¿Cómo quieres tú que Dios sea determinado, ya en cuanto a la potencia, ya en cuanto a la operación, ya en cuanto al efecto (que es la misma cosa), y que sea límite de la convexi- esplicare la eccellenza divina incorporea per modo corporeo, denno essere innume­ rabili individui, che son questi grandi animali (de quali uno è questa terra, diva madre che ne ha parturiti ed alimenta e che oltre non ne riprenderà), per la conti­ nenza di questi innumerabili si richiede un spacio infinito. Nientemeno dunque è bene che siano, come possono essere, innumerabili mondi simili a questo, come ha possuto e può essere ed è bene che sia questo». 8 Cf. Giordano B r u n o , o . c ., pp. 349 y 378-380. Según Alexandre K o y r é ( o . c ., pp. 53-54), el principio de plenitud se complementa con el principio de razón sufi­ ciente: «No existe razón alguna por la cual Dios cree un tipo particular de seres más bien que otro. El principio de razón suficiente refuerza el principio de plenitud. Por tanto, la creación divina, para ser perfecta y digna del Creador, debe contener todo lo que es posible, es decir, innumerables seres individuales, innumerables tierras, innumerables astros y soles. Así pues, podríamos decir que Dios precisa un espacio infinito para colocar en él este mundo infinito».

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