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666 MONTSE BARTOLOMÉ LUISES de las cosas temporales, un tiempo cósmico, eterno, continuo y único, que fluye siempre del mismo modo. En este sentido, el tiem­ po es homogéneo porque no hay diferencia cualitativa entre los dis­ tintos instantes del tiempo. Por otra parte, el tiempo es propiedad de la pluralidad de substancias y partes de éstas, el tiempo es dura­ ción o el modo como existe temporalmente una cosa. Queda manifiesto, que la medida temporal depende del movi­ miento de los cuerpos en sus correspondientes lugares. Pero tam­ bién hay un tiempo universal que legitima la existencia de la contin­ gencia temporal; la unidad cósmica es totalidad eterna en la que múltiples partes están sometidas al tiempo. Más allá de toda determi­ nación temporal y espacial, el universo es un todo eterno e infinito, significación que adquiere en la unidad divina como su causa abso­ luta y primera. El universo está en el espacio infinito que se halla, sin fin, en todas partes; en este sentido, el universo está en sí mismo, puesto que está en el todo, el cual se encuentra en sus partes y, a su vez, éstas se hallan en el todo. Con otras palabras. El universo está en todo espacio y en todo tiempo: es ilimitado y es eterno temporal­ mente; el universo no está en ningún lugar y bajo ninguna determi­ nación temporal. Más allá de él no hay nada: ni espacio ni lugar ni tiempo ni cuerpo alguno 108. Nosotros sostenemos que fuera del universo no existe nada (puesto que es infinito, no tiene fuera de sí mismo ni el vacío ni el tiempo ni el lugar ni el cuerpo); en torno a cada mundo está el mismo espacio que está en torno a la luna, al sol y a otros astros que llamamos mundos; fuera de ellos, en cualquier parte, están el movimiento, el lugar, el tiempo, el mundo, el vacío, o sea el espa­ cio ilimitado y los cuerpos sin número 109. 108 Cf. Giordano B run o , -Camoeracensis acrotismus», cit., I, 1, p. 174; «De immenso et innumerabilibus», cit., I, 1, liber III, pp. 318-319. 109 Giordano B ru n o , o . c ., I, 2, liber VII, p. 258: «Aiimus enim extra universum esse nihil (quia infinitum est, neque vacuum neque tempus neque locus neque cor­ pus extra se habet); extra mundum vero unumquemque est illud idem quod circa tellurem, quod idem est circa lunam, solem, et alia astra, quae mundos appellamus; extra haec ubique est motus, locus, tempus, mundus, vacuum , seu spacium sine fine, et corpora sine numero».

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