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EL UNIVERSO COMO UNIDAD INFINITA EN GIORDANO BRUNO 66l constituyen se aproximan y tienden hacia su lugar natural gracias a su ímpetu vital 88, el movimiento de los cuerpos nos muestra el lugar en el que se encuentran y de ello podemos deducir la mag­ nitud del cuerpo y la del receptáculo en el que está el cuerpo; sin embargo, y en general, el espacio vacío es el que indica la magni­ tud de los cuerpos 89. Cabe afirmar, por una parte, el lugar que ocupa un cuerpo, lo que está entre cuerpo y cuerpo, y lo que se halla entre cuerpo y continente, es decir, el espacio relativo o espacio entre continente y contenido; por otra parte, el receptáculo infinito de todos los cuerpos o espacio absoluto. En el espacio relativo, movimiento, dirección, tiempo y peso son determinados, son realidades respec­ tivas; en el espacio absoluto, no hay diferencias móviles ni tempo­ rales, no hay arriba y abajo, ni grave y leve. La armonía del ámbi­ to condicionado queda garantizada por los intereses vitales de cada una de las partes cósmicas que integran el ámbito absoluto o armo­ nía en sí misma. El espacio vacío infinito es un espacio lleno de astros y átomos que se mueven constantemente alrededor de cada uno de sus cen­ tros y no de un centro único 90, y cuyo arriba y abajo viene determi­ nado por la ubicación relativa en la que están, no por una situación absoluta y a priori que sea la causa de la dimensión y el peso de dichos cuerpos; el movimiento que se produce en las distintas par­ tes del universo no viene establecido por una jerarquía hipotética de los cuatro elementos y del éter o elemento supremo, sino que, el movimiento de los cuerpos se define en un espacio y en un tiem­ po relativos, cuya significación última se da en un espacio infinito y en un tiempo eterno. En el universo (unidad cosmológica), la direc­ ción, el peso, el espacio, el tiempo y el movimiento de los cuerpos son relativos y múltiples (pluralidad cosmológica); incluso el movi­ miento circular no se produce con la exactitud exigida por el geo­ centrismo, puesto que todo movimiento depende del infinito vital y 88 Lo mismo sucede con el intelecto y su objeto de conocimiento; véase en Giordano B runo , «De gli eroici furori», cit., p. 1098. 89 Cf. Giordano B runo , «Camoeracensis acrotismus», cit., I, 1, pp. 123 y 125. 90 Sobre la necesidad de un centro único en el universo, cfr. Aristóteles, o. c., libro IV, cap. 4, 212a, pp. 240-241.

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