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658 MONTSE BARTOLOMÉ LUISES o contenido (lleno) y es imposible que en él potencia y acto difie­ ran. Cualquier cuerpo es limitado o bien por lo pleno o bien por lo vacío; por eso, para Bruno81, el espacio es materia y potencia pasi­ va en la que se actualiza la potencia activa. Si tomamos como punto de referencia nuestra tierra, el espacio que ésta no ocupa es vacío en oposición al que ella se encuentra; sin embargo, desde el punto de vista de la unidad cósmica, no hay distinción de espacios y luga­ res ni de disposiciones y posibilidades, porque potencia y acto se identifican en la unidad eterna. La potencia, para ser eterna, necesi­ ta del acto, y como la unidad cósmica no es sólo acto sino que posee eternamente el acto, en ella, la potencia es también eterna 82, y el espacio, en acto, es unidad infinita. Cabe entonces decir que el universo es unidad infinita plena y vacía simultáneamente, porque el universo es el espacio lleno, inmó­ vil e inmenso en el que se hallan innumerables mundos, cuyo movi­ miento requiere que el espacio sea vacío o la posibilidad móvil en cuanto tal. Infinito pleno e infinito vacío se identifican, son unidad espacial continua (continente de soles y tierras) y estable (campo etéreo de los astros). El espacio, en acto, es unidad infinita e indis­ tintamente continente y contenido, vacío y lleno; en la unidad cós­ mica infinita, potencia y acto son lo mismo, por tanto, no hay dife­ rencias de espacios ni de disposiciones entre los múltiples sistemas solares que la constituyen. Sin embargo, hay matices, ya que Bruno 83 distingue entre cae­ lum caeli y caelum caelorum. Por una parte, caelum caeli, espacio en el que está el sol con sus correspondientes planetas, en el que se ubi­ can los innumerables sistemas solares. Por otra parte, caelum caelo­ rum es el espacio vacío-lleno, etéreo, infinito, inmenso, incorruptible, inmóvil, inmutable, máximo y absoluto, que no es sujeto de ninguna generación ni propiedad ni acción, en el que la luz y el movimiento son continuos, el espacio que está alrededor de los mundos infinitos y 81 Giordano B r u n o , «De l’infinito, universo e mondi», cit., p. 352. 82 Cf. Giordano B r u n o , o . c ., p. 349. 83 Giordano B r u n o , «De immenso et innumerabilibus», cit., I, 2, liber IV, p. 80. Acerca del espacio aéreo (en el que se hallan los cuerpos húmedos) y el espacio etéreo, cf. Giordano B r u n o , o . c ., pp. 78-79. Sobre la relación entre la tierra y el ele­ mento agua, véase Giordano B r u n o , o . c ., liber V , p. 165.