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654 MONTSE BARTOLOMÉ LUISES ra esto, no puede comprender nada, quien no practique según estos principios, no puede ocuparse de nada, a no ser por casua lidad 6o. Bruno 61 postula el infinito no exactamente porque lo requiera la inmensidad del espacio, sino porque lo exige la dignidad del uni verso y de la infinita potencia activa, ya que ésta, por ser infinita, actualiza, necesariamente, la unidad corporal y espacial como infini ta. Esta unidad espacial infinita, la concibe como una realidad subs tancial en sí misma, independiente de las realidades finitas que acoge; como una realidad homogénea, puesto que cualitativa y cuantitativamente las partes que lo constituyen son indiscernibles unas de otras; como una realidad isotrópica, porque las propieda des de las direcciones que se producen en el espacio son siempre las mismas; y, finalmente, como una realidad continua e ilimitada. Existe un universo infinito, cuyos sistemas solares están consti tuidos por mundos que mantienen entre sí las distancias necesarias para vivir y moverse; y más allá de este mundo, hay mundos seme jantes a éste en espacios similares 62. El espacio que rodea a nuestro mundo y a todos los planetas de este sistema solar es el mismo que el que ocupan otros sistemas solares. Dicha uniformidad espacial se fundamenta en la unidad primera: «Hemos enseñado que, para todos los cuerpos, el espacio es uno solo e igual para cada parte, es decir, infinito y, en consecuencia, todas las cosas donde quiera que estén, están igualmente en el centro»63. Así como no hay motivo racional 60 Giordano B runo , «De rerum principiis, elementis et causis», en Jordani B runi N olani , Opera latine conscripta , cit., Ili, p. 557: -Ita a monade descensus est ad mul- titudinem infinitam per finita et indeterminata, et rursum infinitorum est ascensus ad monadem colligendo plura in unum; sic unum est universum, infinitum spacium, in quo innumerabilia astra seu mundi, in quorum singulis innumerabiles principes, si ad innumerabilia loca particularia, quae sunt tum in superficie cuiusque globi, ut huius telluris, tum in profundo eiusdem. Et qui hoc ignorat, nihil potest intelligere; <qui> secundum haec principia non practicat, nihil potest nisi casu operari». 61 Giordano B runo , «De l’infinito, universo e mondi», cit., p. 350. 62 Cf. Giordano B runo , «De immenso et innumerabilibus», cit., I, 2, liber Vili, p. 300. 63 Giordano B run o , o . c ., liber VI, p. 234: «Docuimus ut omnibus unum est undique simpliciter aequale spacium, id est infinitum, et consequenter omnia ubi- cumque sunt, aeque in medio sunt».
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