PS_NyG_2000v047n002p0633_0667

652 MONTSE BARTOLOMÉ LUISES movimiento y causa del movimiento subyace la totalidad circular infinita del móvil. Queda claro que únicamente desde el punto de vista de la uni­ dad cósmica como todo infinito cabe afirmar que el movimiento es infinito: el universo es un espacio infinito, cuyo tiempo es eterno y cuyo movimiento no tiene límite; por el contrario, los cuerpos cós­ micos que integran el universo son finitos y su movimiento es finito también, porque está limitado al espacio finito en el que se hallan los cuerpos y porque transcurre en un determinado tiempo. El uni­ verso infinito, como unidad derivada de la unidad divina, lo es todo indistintamente: todo espacio, todo tiempo y todo movimiento. Sin embargo, tanto la capacidad móvil finita como la infinita proceden de la unidad inmóvil divina como primer principio móvil o alma del universo, cuyo alcance vital se transmite extensivamente (movimien­ to eterno) e intensivamente (movimiento en el instante); en este sen­ tido, sí es legítimo afirmar el movimiento infinito de los innumera­ bles mundos, porque en lo divino no es posible la limitación de ningún aspecto cósmico. En resumen, la unidad absoluta es, por una parte, infinita en cuanto tal, y como eficiente ilimitado piensa, origina y mantiene un universo cuyo espacio debe ser necesariamente infinito, porque en él, y gracias a la unidad divina como su eficiente infinito, potencia y acto son infinitos; en la posibilidad infinita del espacio está implí­ cito su acto infinito. Por otra parte, la unidad absoluta es infinita bondad, por lo que todas las estrellas y los planetas que forman parte del universo deben ser también infinitos: todos tienen idéntica razón suficiente para existir; tan buena es la existencia de nuestra tierra y de nuestro sol como la de innumerables tierras y soles. La infinitud de la unidad divina es absoluta: es en el todo cósmico y en cualquier parte cósmica; sin embargo, la infinitud de la unidad derivada es condicionada: es únicamente en su propia totalidad, pero no en las partes cósmicas que la constituyen. La infinitud divi­ na contiene infinitamente la infinitud del universo y la finitud en el universo. Positivamente, no hay diferencia entre lo divino y el uni­ verso: unidad simple, perfecta e infinita es tanto la causa (Dios) como el efecto (universo). Negativamente, la unidad absoluta no es ni puede ser finita en ninguno de sus aspectos: la unidad divina y la unidad cosmológica coinciden relativamente. En buena lógica,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz