PS_NyG_2000v047n002p0633_0667

EL UNIVERSO COMO UNIDAD INFINITA EN GIORDANO BRUNO 643 tativa, ya que en el infinito todo es indistintamente bajo una misma substancia; más allá del infinito no hay espacio ni lugar, no hay nada: el infinito equivale a todo cuerpo, a todo espacio, a todo lugar. «El infinito, pues, es lo que puede ser, aquello que obra: uno y él mismo es lo que es, lo que puede, lo que hace; por esto, el uno tiene ese nombre indescriptible, inefable y todos los nombres y ninguno pueden convenirle»25. El acto divino es un acto necesa­ rio, por lo que la voluntad divina es inmutabilidad absoluta; de ahí que, en la unidad primera, haya identidad entre hacer, querer y necesidad. (...) por lo cual él no puede ser otro que el que es, no puede ser como no es, no puede poder otra cosa más que lo que puede, no puede querer otra cosa sino lo que quiere y necesariamente no puede hacer otra cosa más que lo que hace, habida cuenta de que el tener una potencia distinta del acto conviene únicamente de las cosas mudables26. Como hay unidad incondicional entre la voluntad y la acción divinas, el primer eficiente hace lo que quiere hacer, y, libertad y necesidad no se diferencian; como la voluntad divina es infinita, necesariamente su acto es también infinito. De esta forma, tenemos que, por una parte, si existe una poten­ cia infinita, debe existir un acto subordinado a un efecto infinito; por otra parte, si el acto divino es un acto necesario, el efecto y la causa tienen que identificarse; la causa eficiente infinita es idéntica a su efecto infinito: desde el punto de vista del todo infinito, el universo y Dios son exactamente iguales. Entre la unidad divina como causa eficiente positiva y su efecto o la unidad cósmica, la identidad es absoluta: Dios es infinito, y, el universo es también infinito. 25 G iordano B r u n o , o . c ., p. 119: «Infinitum enim est quod potest, illud opera- tur: unum idem que est q uod est, quod potest, quod agit; ideo unum est illi nom en indescriptibile, ineffabile, et omnia nom ina illi convenire possunt, et nullum nomen». 26 G iordano Bruno, «De l’infinito, universo e mondi», cit., p. 384: «(...) onde non p u ò essere altro che quello che è; non p u ò esser tale q uale n on è; non può posser altro che quel che può; non p uò voler altro che quel che vuole; e necessaria­ m ente non può far altro che quel che fa; atteso che l’aver potenza distinta da l’atto conviene solamente a cose mutabili».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz