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EL FRANCISCANISMO EN LA TRAYECTORIA. 615 ratado creer que se haya ido vertiendo en ellos algún rasgo propio de la intimidad, en este caso de su honda vivencia. Y de ello se deriva una cualidad esencial como es la de su credibilidad. En una palabra, un tema vivido se distingue netamente de un tema especulativo; son de naturaleza claramente distinta. Si al P. Enrique le hubiera interesado el franciscanismo en razón de pensador cristiano no dejaría de perder por ello relevancia como línea de trabajo que ilumina ciertamente aspectos de enorme interés por la calidad de su aportación. Ahora bien, no cabe duda de que el hecho de encontrarnos con la existencia de una sintonía personal, honda y sincera, con el santo de Asís, unl­ versaliza sus palabras y le confiere una fuerza especialmente significa­ tiva, máxime cuando ya no se encuentra entre nosotros. En lo que concierne a su trayectoria intelectual, conviene recor­ dar que son tres las grandes líneas que lo configuran: la filosofía griega y el pensamiento bíblico; la búsqueda del sentido de la his­ toria y el fr an c isc an ism o 5. Redundando en esta línea, González Gar­ cía las resume en el cristianismo y el ideal franciscano 6. Además el mismo Rivera, en el apartado «Temas en torno a mi pensamiento cristiano» que el monográfico de Anthropos dedicó a su obra, intro­ dujo varios trabajos sobre san Francisco escogidos entre otros muchos 1. Y ya resulta especialmente significativo que el Epílogo elegido para cerrar el tomo de la mencionada revista se refiera pre­ cisamente a las «Vivencias primarias del alma de san Francisco», publicadas posteriormente en Estudios Franciscanos (89) y en Selec­ ciones d e Fran ciscan ism o (23), de tanta importancia para él. De la misma forma, no puede obviarse tampoco la relación que el profe­ sor Rivera ha establecido desde su franciscanismo con cuestiones tan esenciales para su pensamiento como la historia y otras de no menor trascendencia como las que refieren a la secularización, la posición del marxismo, la vertiente ecuménica, además de la estéti­ ca, antropológica y metafísica..., sin olvidar la visión mariana. 5 M. C ruz H ern ánd ez , «La dialéctica de la sabiduría cristiana del profesor E. Rivera de Ventosa», Anthropos, o. c., p. 83. 6 M. G onzález G arcía , «Síntesis de un pensamiento vivo», Anthropos, o. c., p. 78. 7 Cf. Suplemento de Anthropos (26), o. c., pp. 60 y ss., en el apartado introdu­ cido por el mismo autor como: «Mis textos preferidos. Temas en torno a mi pensa­ miento cristiano».

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