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596 CEFERINO MARTÍNEZ SANTAMARIA lidad total. El ser humano puede lograr una visión unitaria y orgánica del saber; la razón también puede descubrir la esencia de las cosas. «La fe presupone con claridad que el lenguaje humano es capaz de expresar de manera universal —aunque en términos analógicos, pero no por ello menos significativos— la realidad divina y trascendente. Si no fuera así, la palabra de Dios, que es siempre palabra divina en lenguaje humano, no sería capaz de expresar nada sobre Dios...» (n. 84). Descubrir la esencia de las cosas es uno de los cometidos que el pensamiento cristiano deberá afrontar en el nuevo milenio. «Éste es uno de los contenidos que el pensamiento cristiano deberá afrontar a lo largo del próximo milenio de la era cristiana» (n. 85). Desde estos supuestos Juan Pablo II pasa a enumerar un elen­ co de retos y de riesgos recogidos en las ideologías y en las men­ talidades reductoras de fuerte impacto sobre la visión de la reali­ dad de los hombres de hoy; corrientes de pensamiento que encarnan signos inquietantes de decadencia y de falsas instalacio­ nes de la vida humana, provocando una crisis de sentido que arras­ tra a muchas personas a una duda radical. «... en medio de esta barahunda de datos y de hechos entre los que se vive y que pare­ cen formar la trama misma de la existencia, muchos se preguntan si todavía tiene sentido plantearse la cuestión del sentido. La plu­ ralidad de las teorías que se disputan la respuesta, o los diversos modos de ver y de interpretar el mundo y la vida del hombre, no hacen más que agudizar esta duda radical, que fácilmente desem­ boca en un estado de escepticismo y de indiferencia o en las diver­ sas manifestaciones del nihilismo» (n. 81). El entramado postmetafísico de la hora presente se alimenta, más que de corrientes sistemáticas de pensamiento y consciente­ mente asumidas, de mentalidades, manifiestas u ocultas, que inocu­ lan prejuicios respecto de lo más valioso: Dios, la vida humana, la realidad, la verdad, el bien. Los nn. 86-91 son un alegato preventivo contra algunas formas de pensamiento actualmente muy extendidas y no recomendables para una sólida reflexión teológica. Eclecticismo, historicismo, cien­ tificismo, pragmatismo y nihilismo son sistemas y corrientes de pen­ samiento que, al no estar abiertos a las exigencias básicas de la ver­ dad, tampoco pueden ser asumidos como filosofías aptas para la explicación o inteligencia de la fe.

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