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PRÓODOS Y AGÁPE EN DIONISIO AREOPAGITA 569 de pasión. La caridad puede tomarse en uno u otro sentido. Algo, sin embargo, común se da en los cuatro términos: la mutua dona ción. Lo bueno y lo hermoso en el sujeto son ciertamente lo mismo. Pero lo bueno es alabado, por ello, como hermoso por razón diferente. El bien, lo bueno, propiamente mira 10 al apetito: todos apetecen el bien. Sin embargo, lo hermoso en su debida pro porción alude al bien de la cosa en cuanto agrada a la luz del conocimiento racional. Dios es causa eficiente de todo y comunica a todas las cosas su bondad y hermosura. El mismo Dionisio Areo- pagita afirma que todas las cosas apetecen lo «hermoso» y «lo bueno». San Máximo, refiriéndose a estas ideas, dice que el amor supremo, que antes que todo existió en el bien, no permaneció estéril, sino que dio a luz para nosotros al «amor bueno», al amor bonifico de todas las cosas. No extraña, pues, que los teólogos alaben y ensalcen lo her moso y lo bueno como agápe —amor-caridad— y como «lo amado» — agapetón — . Todas las cosas han sido hechas para que imiten la hermosura y bondad divinas, según les sea posible a cada una de ellas. Dios, pues, es causa ejemplar, porque todas las cosas, antes de que fuesen hechas y se distinguiesen, estaban en Él, y, según los modos y ejemplares de todas las cosas que tenía en sí, todas las cosas han sido hechas y distinguidas. La Causa de todas las cosas, por la sobreabundancia de su bondad, todo lo ama, perfecciona, conserva y torna hacia sí. El deseo amoroso de Dios es bondad que busca hacer el bien a la misma bondad. En la Sagrada Escritura se encuentra el nombre de amor, pero utilizando para él, el término érosu . Y no sólo agápe. De este variado uso pueden encontrarse diversas citas en el Areopagita. Platón ha elaborado los principios según los que edifica desde el éros un coherente sistema de luz, de verdad y de salvación. En esta misma línea se sitúan los neoplatóni- cos y, con ellos, en versión cristiana, el Pseudo-Dionisio 12. A. Nygren ha sistematizado los temas éros y agápe. En la visión del éros distingue tres aspectos: a) amor-deseo; b) amor ío S a n to Tom ás, S. Th.y I, II, q. 26. 11 £>/V705da. 12 EH 372b, 532c; DN 589a, 693a, 709abc, 712 abcd. Ver Indices Pseudo-Diony- siani, 66.
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