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544 MARÍA DEL CARMEN PAREDES MARTÍN definitiva, lo limitado puede ser utilizado en la contradicción contra él mismo, pero sin perder de vista que no se trata de destruirlo sim­ plemente, sino de recuperar lo que debe ser derecho y con ello la dimensión de universalidad que hay en lo limitado mismo. No es otro el propósito que enuncia Hegel en un pasaje de la In troducción a CA, algo posterior: «Los pensamientos que contiene este escrito no pueden tener otro fin ni otro efecto con su publica­ ción que el de comprender lo que es, y con ello transmitir una visión más serena, una manera de soportarlo con moderación, tanto en las palabras como en el trato con lo real. Pues lo que nos arrebata y nos hace sufrir no es lo que es, sino el hecho de que no es como debe ser; pero si conocemos que es como tiene que ser, es decir, no según la arbitrariedad o el azar, entonces conocemos también que debe ser así» (WK 1, 463 )17. La experiencia política, a diferencia del mero sufrir una situación dada, exige tratar de reconocer la necesidad y pensar­ la. Todo lo demás conduce a considerar «lo que es» como una serie de acontecimientos singulares desprovistos de cohesión interna. Para Hegel, los acontecimientos históricos y políticos son manifestaciones externas necesarias de causas internas, y siempre hay un espíritu detrás de ellas, lo cual se conoce, por parte del individuo, solamente mediante una visión interna de la necesidad de tales sucesos. Cite­ mos a este respecto un conocido pasaje de los Escritos d e Juventud: «Las grandes revoluciones que saltan a la vista deben ir precedidas de una revolución silenciosa y secreta en el espíritu de la época, la cual no es visible para toda mirada y es mucho menos observable para los contemporáneos, a la vez que es tan difícil de comprender como de caracterizar con palabras. El desconocimiento de esta revo­ lución en el mundo espiritual hace luego que su resultado sea asom­ broso...»» 18. Ésta es una manera de concebir los fenómenos históricos que si no está influida por Herder se relaciona directamente con él. 17 Esta Introducción fue redactada en 1802. El pasaje anticipa la posición del Hegel maduro acerca de las contradicciones históricas y políticas: tanto la necesidad de abordar las luchas históricas desde una serenidad que sólo proporciona la filoso­ fía, según afirma en la Introducción a las Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal, como la conexión entre lo «real» y lo «racional» a la que apela en la Filo­ sofía del derecho. 18 El texto es de 1796. Véase N o h n , 220, trad. esp. de J. M. Ripaldar, Hegel. Escritos de juventud, Madrid 1978, 149.

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