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DOS FILOSOFÍAS DEL ESPÍRITU: UNAMUNO Y HEGEL 517 vértigo pasional dominado por una pasión cualquiera»13. La pasión fundamental de Don Quijote es la fe, él es el caballero de la Fe, que engendra obras que a su vez son engendradoras de vida. La fe de D gn Quijote, pasión engendradora de obras, arraiga en la sima de su interior y es la que fundamenta su locura. La locura de Don Quijote es resultado de su fe engendradora de visiones. Por eso la fe de Don Quijote, que es su gran pasión- fuerza, arraiga en la imaginativa, que es la verdadera raíz del espíri­ tu. «Llenósele la fantasía de hermosos desatinos, y creyó ser verdad lo que sólo era hermosura. Y lo negó con fe tan viva, con fe engen­ dradora de obras, que acordó poner en hecho lo que su desatino demostraba, y en puro creerlo hízolo verdad»14. Pero Don Quijote no va solo en su camino. Hace su camino con su escudero Sancho, a quien necesita. Éste es el prójimo, en quien encarna toda la humanidad. Don Quijote y Sancho son los dos yos de Unamuno. Don Quijote es el yo profundo e interior asen­ tado en la fe, y Sancho es su yo empírico y exterior asentado en el sentido común. Uno y otro se confrontan constantemente y configu­ ran la vida de Unamuno como una constante comprensión hecha en voz alta ante su público lector para decir quién es, para dejar constancia de su existencia. «Necesitaba a Sancho. Necesitábalo para hablar, esto es, para pensar en voz alta sin rebozo, para oírse a sí mismo y para oír el rechazo vivo de su voz en el mundo. Sancho fue su coro, la humanidad toda para él. Y en cabeza de Sancho ama a la humanidad toda»15. El individualismo heroico de Unamuno no es solipsista sino que está radicalmente abierto al otro, pero no como ente abstracto de una comunidad abstracta, sino como prójimo. «El fin del hombre es la humanidad, y la humanidad personalizada, hecha individuo, y cuando toma por fin a la naturaleza es humanizándola antes. Dios es el ideal de la humanidad, el hombre proyectado al infinito y eter­ nizado en él. Y así tiene que ser. ¿Por qué habláis de error antropo- cèntrico? ¿No decís que una esfera infinita tiene el centro en todas 13 OCIII, p. 58. 14 OC, III, p. 68. 15 OC, III, p. 84

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