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burla. «¡Pobre Don Quijote, paseado por la ciudad con su ecce homo a espaldas. Ya estás convertido en curiosidad ciudadana... Esto supera ya en tristeza a cuanto desde el día malaventurado en que topó con los duques le está ocurriendo. Le pasean por las calles convertido en mona de muchachos, y luego le hacen bailar»26. En Barcelona, «faro y centro de la nueva vida industrial de Espa­ ña», es donde más se grita contra el quijotismo. En ese griterío con­ tra el quijotismo hay que ver la batalla de la modernidad contra Don Quijote. Es el último combate de Don Quijote, en el que el Caballe­ ro de la Fe va a ser vencido por el caballero de la Blanca Luna y obligado a volver a su aldea a morir. Pero antes de llegar a su aldea a encontrarse con la muerte, intenta Don Quijote un último ideal, hacerse pastor, que es lo mismo que decir poeta. Ya hemos visto que el héroe y el poeta tienen una misma raíz, que es el espíritu. Una vez que el héroe ha abandona­ do la acción, queda aún la acción del poeta. «Y conviene que éste, nuestro Caballero de la Fe, el Caballero de nuestra Fe, deje en el astillero su lanza y en la cuadra a Rocinante y cuelgue la espada, y convertido en el pastor Quijotez, empuñe el cayado con mano firme, y lleve consigo el caramillo, y a la sombra de las sombrosas encinas de dulcísimo fruto, mientras pacen cabizbajas sus ovejas, cante, ins­ pirado por Dulcinea, su visión del mundo y de la vida, para cobrar, cantándola, eterno nombre y fama»27. 4. CONTRASTE ENTRE UNA FILOSOFÍA DEL MITO Y OTRA DEL CONCEPTO Unamuno entiende la filosofía como filosofía poética, y como tal, su función no es una teoría de las categorías, sino una creación de mitos. ¿Cómo entender la filosofía en cuanto creadora de mitos? Se trata, en definitiva, de una filosofía metafórica, que es lo característi­ co de la filosofía poética de Unamuno. Todos los conceptos que 26 OC, III, p. 221. 27 OC, III, p. 232. DOS FILOSOFÍAS DEL ESPÍRITU: UNAMUNO Y HEGEL 525

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