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MÁRTIRES Y MARTIRIO 499 ponsables de su muerte, la aversión a la Iglesia en cuanto Iglesia, y cualesquiera que fueran los modos, directos o indirectos, de poner fin a su vida. Podríamos decir que los motivos y modos son sólo el elemento externo del martirio, que es, ante todo, entrega voluntaria de la vida como acto supremo del amor a Dios, que es dar la vida por el Amigo 6. El Pontífice no se olvida de los mártires de la persecución en España. «Antes todavía están los mártires de la guerra civil en Espa­ ña», palabras del Papa, seguramente sólo en sentido cronológico, refiriéndose a los españoles asesinados simplemente por su condi­ ción de católicos comprometidos con la Iglesia, cuya función espiri­ tual se trataba de suprimir. Hay que agradecer a Juan Pablo II esta mención. Sus palabras no cambian la historia; sólo la constatan sin prejuicios. Porque los hechos de la pasión de la Iglesia de España, en el período que va desde 1931 a 1939, están suficientemente ates­ tiguados, aunque las interpretaciones quieran ser divergentes. La bibliografía es inmensa. Pero por lo que se refiere a la muerte de muchos sacerdotes, religiosos y laicos católicos, se estableció pronto un proceso de declaraciones de testigos presenciales, incluso a veces de los que fueron asesinos, que han llevado a la Iglesia a la declara­ ción solemne del carácter martirial de muchas de esas muertes. Cuando ya habían sido beatificados como mártires 218 de los asesinados por su condición religiosa, el historiador Vicente Cárcel Martí publicó un libro conteniendo una breve referencia a la vida y martirio de cada uno de ellos. Especial interés tiene el estudio preli­ minar, en que, después de una introducción general sobre el con­ cepto cristiano de martirio, sociológica y teológicamente se exami­ nan y concretizan las raíces históricas de la persecución religiosa española (1931-1939), llegando a la conclusión de que «la represión política se dio en las dos zonas», mientras que «la persecución reli­ giosa, sólo en la republicana»7. No causa demasiada extrañeza que los encerrados en sus aprio- rismos e impermeables a las razones históricas continúen midiendo todos los hechos por el rasero de una política humana que, en los 6 Jn 15, 13. 7 V. C árcel O rtí , Mártires españoles del siglo xx, BAC, Madrid 1996, p. 103.