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480 MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA Con la filosofía nació una nueva manera de ser hombre en la que se pasa del predominio de la imagen a la idea. El cambio no sólo supone secuencia cronológica sino también dependencia, ya que la pregunta, aunque supera la antigua situación o estado del hombre, no nació desprendida de los dioses91. La pregunta de la filosofía es, por un lado, pérdida 92; por otro, nacimiento 93. En este caso se vuelve a repetir una misma ley histórica según la cual lo que comienza a existir, el pensamiento filosófico, nace tanto de lo que alcanzó la anterior situación como de su limitación, sin poder existir fuera de la referencia a su dialéctico presupuesto 94. Fenomenológicamente, la pregunta de la filosofía presenta estos caracteres: 1) Nace en la soledad, porque se han perdido las imágenes y los fantasmas; 2) Es enfrentamiento a una realidad enigmática; 3) Es adormecimiento y embriaguez de la mente ante el descu­ brimiento del preguntar 95. En este paso crucial para la historia y la libertad del hombre, en la pregunta que «es el despertar del hombre«* 96, M. Zambrano y metáfora. María Zambrano y la hermenéutica», en T. R och a B arco (ed.), María Zambrano: la razón poética o la filosofía, Madrid 1998, 87-108. 91 Cf. HD 62, 60, 66. 92 «Toda pregunta indica la pérdida de una intimidad o el extinguirse de una adoración» (HD 67). 93 «Alguien que quiere independizarse, vivir por su cuenta, liberarse de lo mismo que ha sido el lugar de su alma. Y aún más que la ruptura de un amor, es algo como el nacimiento: el proceso en que un ser que se ha nutrido y respirado dentro de otro, intrincado con él, se desprende en busca de su propio espacio vital» (HD 67). 94 «Como el hijo se separa del padre y lucha con él y que no hubiera podido existir sin él. Así el pensamiento filosófico y la afirmación de la persona humana contenida en la tragedia, denuncia la insuficiencia de los dioses, y aun ha de entrar en conflicto con ellos» (HD 61-62). «Como siempre que de una actividad humana nace otra distinta y aun contraria, no es sólo su limitación, de lo que no llegó a alcanzar, de donde nace, sino de lo que alcanzó también; de su aspecto negativo unido al positivo» (HD 66). 95 Cf. HD 67-68; F. M uño z V itoria , «Sueño y revelación», en El pensamiento de María Zambrano, Madrid 1983, 86-87. 96 HD 69. Cf. HD 60, 62, 63, 66, 93, 95. María Zambrano recuerda que, pro­ piamente, bajo la pregunta por las cosas se encuentra «la angustiada pregunta sobre

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