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474 MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA realidad profana es la periferia, el horizonte, que, en cuanto uni­ dad, es invisible, pero que se manifiesta en la visibilidad de las cosas reales 6o. Religiosa, porque «el orbe sagrado es donde se deci­ dirá esta lucha»61. Y este orbe, lugar de lo sagrado, es el centro, que se ilumina mediante el sacrificio. Lo sagrado es el fondo arca­ no, inaccesible, secreto, de la realidad 62. De este arcano inicial sagrado nacen los dioses. Consecuente­ mente 1) El arcano se convierte en misterio, ya que el secreto, sin perder su condición de tal, se hace accesible. 2) Los dioses tienen una doble función: — genérica, propia de todos los dioses, en cuanto que su pre­ sencia es ejemplar, ya que atraen a los hombres a la luz, los invitan a salir del laberinto; — específica en cuanto hacen posible la actividad humana al dejar al hombre un espacio para la libertad y la soledad humanas. 3) Cada dios abre un camino en el arcano inicial, la realidad, llena de plenitud sagrada, haciendo transparente la naturaleza 63. M. Zambrano no se queda en la sola descripción de esos pasos que marcan el camino de la libertad del hombre. Llegada a este punto, analiza la creación de los dioses griegos, no por lo que puedan representar en el campo de la historia o la fenome­ nología de la religión o en el de la belleza poética y artística, sino porque «en ellos la naturaleza se ha hecho transparente», porque «crearon, en mayor proporción que ningunos otros, el espacio de la soledad humana. Dejaron al hombre libre por dejarle desam­ parado» 64. Otros dioses, por el contrario, perseguían al hombre amedrentándolo con su presencia. Además, los dioses griegos 60 HD 193. 61 HD 43. 62 HD 32, 235-236. 63 Cf. HD 59, 236-237. Cf. Ch. M a il l a r d , «Ideas para una fenomenología de lo divino en María Zambrano-, en Anthropos 1987, nn. 70-71, 123-127. 64 HD 59.

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