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434 MODESTO BERCIANO VILLALIBRE so». Las pretensiones o las esperanzas de Heidegger no son, de todos modos, tan modestas. «Sólo con la comprensión fenomenolo g í a se abre un nuevo camino para la teología». Y poco después añade: «Intenta solamente abrir el acceso al Nuevo Testamento». Esto significaría que la comprensión fenomenológica constituiría nada menos que la base para una nueva comprensión del Nuevo Testa mento y para la construcción de una nueva teología. Como decía mos, no es poco lo que pretende Heidegger. De todos modos, el autor reconoce también los límites de su fenomenología: «La indicación formal renuncia a la comprensión últi ma, que sólo puede ser dada en la genuina vivencia religiosa»10. La comprensión última, la «comprensión personal» y vital no la llegaría a alcanzar la fenomenología, que reconoce sus limitaciones desde el principio. «Lo característico del comprender fenomenológico consis te precisamente en que no puede comprender lo no-comprensible, en tanto que lo deja radicalmente en su incomprensibilidad» n . El reconocimiento de los propios límites sería, pues, una característica de la explicación fenomenológica. La postura de Heidegger sobre las posibilidades y límites de la fenomenología para explicar la experiencia religiosa se mantienen también en el curso (esbozado pero no tenido luego) sobre la místi ca medieval. «Entremos dentro de la vida religiosa misma de modo auténtico y de forma metódicamente pura. ¿Qué visiones fundamen tales, qué formas y movimientos se dan en ella? ¿Cómo se constitu ye esta vida?»12. Como se ve, Heidegger confía en el método feno menológico para lograr una comprensión de la vida religiosa, aunque también este método tenga sus limitaciones. Heidegger describe ante todo la situación vital en la que se encuentra Pablo en la carta. Es así descrita por Heidegger: «En la carta a los gálatas, Pablo está en lucha con los judíos y judío-cristianos. Encontramos, pues, la situación fenomenológica de la lucha religiosa y de la lucha misma. Hay que ver a Pablo en su lucha, con su pasión religiosa, en su existencia de apóstol; es la lucha entre ley y fe. Esta 10 M. H eidegger , Phänomenologie des religiösen Lebens, p. 67; cf. pp. 135-136. 11 Ibid., p. 131. 12 Ibid., pp. 305.
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