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ESPERANDO SU VENIDA. COMENTARIOS HEIDEGGERIANOS... 457 cias, sin que yo viva en éstas. En este sentido se habla de exp e riencia política, religiosa, etc. de la vida. La experiencia religiosa de la vida me comprende en mi más íntimo (yo) propio (Selbst). Esta experiencia entra en la cercanía inmediata de mi propio (Selbst). Yo soy, por así decir, esa experiencia»74. Esta experiencia originaria de lo divino, que es don y es gra cia, parece la experiencia fundamental, sin la cual los fenómenos analizados por Heidegger, como la nueva visión de la vida, la espera, la tribulación, la inquietud, el temor, el tiempo humano, el KdLpÓQ, la venida final no tendrían importancia ni sentido. Así resulta, por ejemplo, en el caso del icaipck. Ya en el Antiguo Tes tamento, pero sobre todo en el Nuevo, Kaipó c es tiempo oportuno por la acción salvífica de Dios en la historia. Con la plenitud de los tiempos llega el reino de Dios, instaurando un tiempo nuevo con un contenido de salvación. Este sentido tiene también el /car póc en Pablo. En el paso citado de la carta a los tesalonicenses, la expresión acerca de los tiempos y momentos ( 7w x p ó v u v K ai tcov KctLpcüv) 75 se refiere a la segunda venida del Señor. Pero Pablo afir ma también que estamos ya en un tiempo de salvación, citando al profeta Isaías: «En tiempo oportuno (fcaLpco Sektco) te escuché y en el día de salvación te socorrí (Is 49 , 8 ). Mirad, ahora es el tiem po oportuno (LSov vvv KaipÓQ ); mirad, ahora es el día de salva ción» 7<s. Y como un KaipÓQ considera también la vuelta de Cristo, porque trae la salvación. Si se desliga de la idea de Dios y del misterio de Cristo, el koll - p(k queda reducido a la existencia humana e histórica; a una exis tencia humana e histórica, que es precisamente la que afirma Hei degger; pero que no coincide con la existencia religiosa de Pablo o de la comunidad primitiva, aunque en ambos casos se acentúe la temporalidad y la espera. La espera de la comunidad no es sólo espe ra temporal, sino verdadera esperanza. El Katpó c esperado es Dios mismo, como expresa en algún caso Filón de Alejandría: «¿Cuál es el momento oportuno (nóiov KaLpóv) que indicas, maestro el más admi rable? ¿No es sólo aquel que no puede ser indicado por la genera- 74 M. H eid eg g er , Grundprobleme der Phänomenologie, p. 208. 75 I Tes 5, 1. 76 II Cor 6, 2.
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