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450 MODESTO BERCIANO VILLALIBRE llegará a una falsa comprensión del saber. Con su característica como un saber práctico no se acerca uno a su estructura del senti­ do» 59. No se puede presuponer como conocido el saber en general y luego modificarlo. La pregunta por la relación fundamental a la que remite el saber, se responde así: A la del 8ov\eveLv (ser esclavo) y a la del ámpéi/eLw (permanecer). El saber no es algo que corre al lado o que flota libremente en el aire, sino que va siempre junto. Las relaciones de la realización misma son, según su propio senti­ do, un saber». Y Heidegger cita como confirmación I Cor 2, 10, donde afirma Pablo: «Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; pues el Espíritu todo lo sondea, aún las profun­ didades de Dios»60. Heidegger comenta a continuación: «El saber reclama según su propia esencia el nvev/ia (tener el Espíritu)61. El saber, en este contexto es don y es revelación. Heidegger comenta que la exége- sis de este concepto de espíritu ( 7 wevfiá) ha querido acercar a Pablo al pensamiento gnóstico, en el cual el saber hace divino al hombre. Heidegger afirma que esto en Pablo es inconcebible. «En Pablo no hay ningún nvevpa eti/cu (ser-espíritu, como en el corpus hermeti- cum) sino un nveviia ¿xeLl/, év nueviian TrepiTraTelu (tener Espíritu, andar en el Espíritu)... Es, pues, falso ver el nvevpa como una parte del hombre. Más bien, ávOponoQ tt ^ vijlcltlkóq es el hombre que se ha hecho propia una determinada característica de la vida. Esto signifi­ ca el návra áuaKpluen' (el examinarlo y juzgarlo todo). En fuerte con­ traposición con esto está el conocer teorético, el nái/ra yuopíCeLw de los escritos herméticos»62. Heidegger reafirma aún más la contraposición entre cristianis­ mo y religiones de los misterios: «El del misterio es sacado de las relaciones vitales mediante una manipulación; en un estado de éxta­ sis se tienen presentes a Dios y al todo. El cristiano no conoce tal entusiasmo, sino que dice: ¡Estemos despiertos y vigilantes! Aquí se le muestra a él la enorme dificultad de la vida cristiana»63. 59 ' Ibid., p. 123. 60 Ibid., p. 123. 61 Ibid., p. 123. 62 Ibid., p. 124. 63 Ibid., p. 124.

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